Capítulo 2

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Narrador Omniciente

—Bueno chicos, desde el día de hoy tendrán un compañero de clase nuevo, espero y lo traten bien, puedes pasar—dijo un profesor de cabellos rubios diciendo esto último en dirección a la puerta.

Después de unos pocos segundos entro un joven de cabellos bicolores y ojos heterocromaticos captando la atención de muchas chicas por sus rasgos "perfectos" o "hermosos", mientras que los chicos algunos estaban celosos por captar la atención de las chicas en un instante, otros estaban desinteresados y otros viendo como la primera pareja gay de el salón estaban tomados de las manos colocándolas encima de su mesa.

—Joven Midoriya—lo llamó esperando a que le mirara, pero no hubo reacción— Ejem, Joven Midoriya—lo llamó nuevamente en un tono más grave sin reacción del contrario— ¡Joven Midoriya!—le gritó ya cansado haciendo que el contrario se sobresaltara.

—¿¡E-eh!? ¿S-Si Maestro Yagi?—dijo con nerviosismo.

—Ya que al parecer conoce al Joven Todoroki le pediré que le enseñe la escuela si no es mucha mmolestia—dijo para después abrir la puerta del salón—y no tiene por que preocuparse por la clase yo haré que uno de sus compañeros le entregue los apuntes.

—E-Esta bien Maestro Yagi—dijo en voz baja pero aun así logrando su objetivo que su maestro lo escuchará.

Pasaron segundos para que después el Maestro Yagi pasará asistencia, ya después pasada le dio señas al peliverde para que le hiciera el recorrido a su nuevo compañero

—Empezemos—hablando por fin el peliverde comenzó con el recorrido—Bien, aquí tenemos la cafetería la verdad es que la comida que sirven aquí es deliciosa pero la que más les gusta es el plato llamado: "curry" la verdad te lo recomiendo.

—Gracias pero soy más de la soba, aunque probare algún día ese plato—respondió el bicolor con cortesía.

—Ya veo, sigamos—dijo para empezar a caminar—Aquí esta el aula de música y la de al lado la de Artes.

—La verdad no soy muy fanático de las Artes—comentó el heterocromatico.

—Yo tampoco—dijo para sonreírle el peliverde.

Después de unos minutos de aquel recorrido habían llegado al último lugar al que llegar, el lugar donde el peliverde se la pasaba fascinado o entretenido por tanta ciencia ficción o lectura...La Biblioteca.

—Y bueno aquí es la Biblioteca, es muy entretenida claro si te gusta leer, pero por lo general algunos solo vienen a usar las computadoras y de verdad me enojan ese tipo de personas—comentó el pecoso haciendo un leve puchero.

—Bueno a mi me gusta leer, pero no encontré ningún lugar cómodo y solitario para leer por lo que me enseñaste—dijo con un tono neutro el bicolor.

—Bueno si hay uno...

Después de dos minutos el peliverde lo guió hasta lo más alto de la escuela, la terraza, al cruzar la puerta se vio el cielo lleno de nubes y el sol tan radiante como nunca era hermoso aquel paisaje.

—Wow, es perfecto—mencionó el más alto.

—Bueno yo vengo aquí cuando quiero pensar o estar solo un tiempo...—dijo acercándose a las barras de la terraza apoyando sus ante brazos en ella.

El más alto lo había notado...aquel pecoso no estaba bien, se veía nostalgico o triste y el estaba seguro de que era la segunda, lo había notado desde que estuvo distraído pero no estaba del todo seguro. No quería entrometerse, pero sintió que no estaba bien el dejarlo solo sin ningún apoyo por lo que le preguntó por fin...

El Hilo de Nuestro AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora