Unas Historias de rol

Capitulo 2: Evangeline Necross Disaster

La historia de Evangeline tiene muchas lagunas. La dama de negro. La primera nigromante de su mundo, capaz de mantener con personalidad a cualquier no-muerto haciendo que pareciese y fuese más vivo. La presencia de esta dragona cambiante implica el desastre. Su aspecto parecerá el de una dama de vestido negro, que parece estar imbuido de las almas de sus enemigos.

Un día, se enamoró de una princesa hada de un reino antiguo, Krisana y quedaban a las afueras, ya que Evangeline era odiada por el rey de ese reino. Este rey vio la evolución de su hija y decidió cortar esa relación, impidiendo a la hija salir y a Evangeline entrar. Para ello uso un objeto sagrado que impedia que su hija saldría del castillo y aún más, le impedia en caso de salir tocar a su amada, porque la mataria.

Krisana, tomó la decisión de cruzar el  portón, pero cada vez que lo intentaba una barrera lo impedia. La barrera impedía que nuestra otra protagonista entrase. Las lágrimas brotaban en la entrada, tanto dentro como fuera.

En un acto de desesperación por ver a su amada "Evan", se quitó la vida.  El Rey Furioso encanto aún más fuerte el anillo impidiendo revivirla mientras el anillo estuviese puesto en su dedo. Creo un encantamiento que, al leerlo en alto, creo una copia protectora de él, para impedir que entrase alguien fuerte.

Les concecio una vida duradera a 4 de sus guerreros valientes. Su objetivo era matar a la dragona. Para ello fingiendo sacar a la hija y se la llevaron a otro reino. Como es normal Evan les siguió y tuvieron una dura guerra. Ahi el Rey le contó lo que pasó con su amada y maldijeron a Evangeline con dormir eternamente hasta que Krisana saliese, cosa que no pasaría según ellos. Justo antes de salir el último hechizo ella, logró matar al rey incinerandolo con su llamarada.

Trasformada en dragona completa acabo dormida y sellada durante más de mil años... habia gente pensó que había muerto, más el cartel de de busca seguía rondando por si volvía. Los 4 guerreros viajaron a otros lugares.

El monje Shag se quedó en el templo y se selló hasta que Evangeline volviese a la vida para asegurar que no volviese.

Uno de los magos del grupo, James, acabó optando por la brujería de la locura y las ilusiones. Como coste de intentar usar demasiada magia corrupta se volvió en semihumano y acabo de consejero de un imperio de semiorcos, con la intención de lograr la suficiente confianza de alguno de los emperadores en generaciones, matarlo y ser el nuevo.

El paladín Curt, formó su propia guardia cruzada para proteger al bien que el queria y acabar con todo lo corrupto y lo que consideraba el como tal. El estaba enamorado de Krisana, y que su amada estuviese muerta era razón suficiente para querer a Evangeline totalmente muerta. La dama negra era escoria para el. Borro mucho de la historia de ella quemando los libros o simplente adquiriendo todos los ejemplares para ocultarlos y entrenó a sus discípulos por si Evan volvía.

El último de los personajes, Dave el bardo, con su magia podía hacer historias realidad. Era tan bueno con sus historias que nadie notaba nada pero tanta exactitud en sus hechizos era por una maldición... el poder a cambio de un poco de su vida... era un riesgo elevado. Como un hermano para Krisana. Empezó a sentir culpa y remordimientos. Y nada más abandonar el reino se fue lejos. Gasto su último aliento en un hechizo que le costó la vida entera en un sengundo. Un hechizo que aseguraría la vuelta de su hermana querida. Su última palabras fueron "lo siento, gracias por abrirme los ojos y se feliz con tu amor". El cuerpo del bardo cayó con una sonrisa al suelo en pos de su hermana caída  que algún día levantaría.

Un día, una muchacha muy parecida a Krisana se acercó a la cueva donde Evangeline estaba sellada. Era un hada oscura que parecía haber pasado una dura vida y que tenía un grupo peculiar. Por muy extraño que parezca Evangeline se despertó. Sorprendida desncasó un poco y decidió zarpar en su viaje junto a ella para instruirla como aprendíz. Juro proteger a lo que consideró en ese instante su hija y sucesora. Solo le faltaba algo más, su amada y su venganza. Y eso no iba a ser fácil.