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El pueblo de Loira se situaba a muchos kilómetros dentro del bosque de Loira. Todos los habitaciones, unos cincuenta, estaban prácticamente aislados del mundo. Todo lo que se comía, bebía y producía, venía del pueblo. Muchas veces, y tan sólo para impresionar a los niños del pueblo, algún que otro leñador traía algún objeto o reliquia -como solían llamarle los pequeños- de las poblaciones exteriores. Las mujeres, que eran muy supersticiosas, mandaban a destruir dicha rareza una vez toqueteada por todos los chiquillos.

El motivo por el cual nadie salía de Loira era muy sencillo: lobos. Casi todo el bosque estaba infectado de lobos rabiosos, altos, fuertes y carnívoros. Comían carne de cerdo, de gallina, de vaca y de humano. No importaba la procedencia, tan sólo querían carne para comer. Pero hacía tiempo que los lobos habían pactado un acuerdo con el pueblo. Si salían de la zona, ellos se los comían. Todo había sido gracias a Do kyunseon, hijo de Do MinSoo. Consiguió matar a uno de esos animales con sus propias manos y advirtió al resto que si llegaban a entrar en el pueblo, acabaría con toda su raza. Poco después, entendieron que los asesinos sólo atacarían si la persona estaba fuera de las tierras de los humanos.

Desde ese tiempo, habían estado viviendo felices en Loira. Sobretodo Do kyungsoo, hijo de Do Minsoo. Era un muchacho de dieciocho años -los niños de esa edad aún se consideraba menores en el pueblo-, bajo, de piel blanca, sonrisa dulce y con un don para cantar que paralizaba a todo el pueblo. Como éste sólo tenía cincuenta habitantes, KyungSoo  se había ganado el mote de "Cantante de Loira", motivo por el cual su mejor amigo ChanYeol se burlaba cada día.

Aquel día estaban sentados en el bosque mientras admiraban el sonido de un ruiseñor. ChanYeol, con pelo largo, castaño, sonrisa de tonto y tan alto como lo podrían ser los árboles del bosque, tenía los ojos cerrados y sonreía levemente. KyungSoo, con el pelo más oscuro y corto, bajo y hermoso, silbaba una canción para que el pájaro lo entonara. Aquel era uno de los miles entretenimientos que tenían al día, porque, como decía la gente del pueblo, eran un par de vagos que no llegarían a nada.

ChanYeol vivía bien así, pero KyungSoo tenía la sombra de su padre, de su abuelo, de su tatarabuelo y todo el árbol genealógico en la espalda, soportando todas sus hazañas y siendo el punto de mira de las mujeres de su familia. No había salido ni tan robusto, ni tan valiente, ni tan perfecto como su padre, pero él quería disfrutar de la vida y quería cantar, amaba cantar.

-KyungSoo-ah -la voz grave de ChanYeol rompió todo el momento mágico. Abrió uno de sus ojos mirando a su amigo. Éste estaba sentado con las piernas cruzadas y le miraba-, ¿hoy no volvía tu padre?

Aquella era otra. Su padre era el habitante con más idas y vueltas a los exteriores. El sueño de KyungSoo  era el de salir de aquel maldito pueblo y ser cantante allá donde le llevaran sus pies y su voz. Había escuchado que en el resto de pueblos y ciudades la gente pagaba a los chicos que tenían una voz bonita y él quería vivir de ello. Su madre, tan terca y tradicional como podría esperarse de un habitante de Loira, le decía que aquello era una tontería y le mandaba a recoger los huevos de las gallinas.

-¡Sí! -exclamó el chico con entusiasmo. Tenía ganas de ver a su padre-. Mamá ha dicho que hoy habrá cena especial. Puedo pedirle que te quedes a dormir. Siempre disfruto más las historias de mi padre si las escucho contigo.-su amigo sonrió y le dio un apretón de manos.

-Claro que iré. ¡Pero antes tengo que contarte un secreto! -el mayor, porque KyungSoo  nació unos meses antes que ChanYeol, recordó que aquel día el alto lo había citado para contarle algo. Siempre le contaba historias absurdas, pero aquel día le había jurado y perjurado que aquello sería muy interesante.

-Dime.

-Bueno. Ayer salí con SeHun y BaekHyun al bosque... de noche -alzó las cejas y mostró una sonrisa misteriosa. Había conseguido captar la atención y curiosidad de su amigo-. ¡Antes de que me grites! ¡No nos pasó nada! ¡Por eso te lo cuento! -KyungSoo  yacía con la boca abierta. Quería gritarle miles de incoherencias a su amigo pero dejó que éste se explicara-. Verás. Se dice que, últimamente, los lobos están algo revueltos. No se sabe porqué. Los tres fuimos a investigar y ¡adivina qué! -el mayor le dedicó una mirada que le advertía que no estaba para adivinanzas. ChanYeol suspiró frustrado y siguió con su relato-. ¡Encontramos una camada! La madre loba estaba durmiendo y pudimos ver cómo los pequeños se alimentaban. Te quería llamar, pero sé cómo es tu madre y seguramente no hubieras salido.

[kai y Soo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora