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El sonido de la música a todo volumen junto con los gritos de los invitados de aquella fiesta empezaban a sonar cada vez más distantes a medida que el moreno caminaba por la calle en dirección al centro de la ciudad, alejándose de aquella enorme casa.

Agradecía que su amigo le hubiera invitado a ir, hasta se lo pasó bien y todo durante la primera hora, bailando levemente por las músicas elegidas y participando en los juegos de sus amigos, como el de los vasos y la pelota.

Sin embargo empezó a aburrirse después de eso, arrugando la nariz cuando el ambiente se llenó del olor de alcohol y sustancias no muy... legales. No tenía ganas de permanecer ahí, por lo que salió de allí y empezó a caminar sin rumbo.

Soltó un suspiro, al menos se sintió bien un rato. Su destino acabó siendo el parque, caminando por el sendero de tierra aún perdido en sus pensamientos. Estaba a punto de empezar septiembre, ya había acabado su carrera el año pasado y no le apetecía buscar aún un trabajo, los ahorros que tenía le llegaban para varios meses del alquiler de su piso, así que su vida se transformó en un constante 'tiempo libre'.

¿De qué valía eso si todo el rato se sentía vacío?

Se detuvo cuando llegó al pequeño lago que tenía aquella zona pública, sentándose en un banco de madera para mirar el paisaje del lago reflejando la luz de la luna, brillando con intensidad y con un ligero tono morado por las luces de neón de los locales cercanos.

Cerró los ojos, pensando en si volver a casa o hacer algo antes. ¿La compra? La hizo hace tres días. ¿Seguir paseando? Ya había recorrido la ciudad cientos de veces. ¿Ir a un club o bar? Sería lo mismo que la fiesta en la que se fue. Frunció levemente el ceño, no había nada. No le daba ganas de ir al cine, o visitar alguna feria o circo, y ya quedó con sus amigos esta semana, no iba a estar llamándoles siempre, cada uno tenía su propia vida.

Abrió los ojos al escuchar un ruido a su lado, girando la cabeza para ver qué fue eso y ladeándola levemente al ver el perfil de un chico en el otro extremo del banco, mirando fijamente al agua. No supo si fue por su aura tranquila o el bonito perfil de este, pero se le quedó mirando durante unos segundos.

Distinguió una cabellera negra y corta, un pequeño flequillo que le tapaba ligeramente sus ojos, los cuales no supo distinguir bien su color debido al brillo del agua sobre ellos. Era bastante pequeño, con una figura esbelta y una piel blanca pálida, casi blanco.

Algo le hizo mantener la mirada en el chico, somo si una fuerza extraña le obligara a no apartar la mirada.

Por un momento se olvidó de esa sensación de vacío, simplemente mirando al chico que parecía no prestarle atención. Se sentía... tranquilo.

Luz de luna// Fargexby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora