Un adiós.
“Dios te salve María Llena eres de gracia El Señor es contigo; Bendita tú eres Entre todas las mujeres, Y bendito es el fruto De tu vientre, Jesús…”
Un padre nuestro, cinco Dios te salve y un canto triste más dos mujeres delante de tu foto, con un papel en la mano con tu nombre escrito, tu nombre que retumba con un “Descansa en paz”, un ataúd y el tiempo pasando lento pero si cierro mis ojos aun huelo el cigarrillo que solías fumar.
Mis ojos aun escurren como si nunca fuesen a parar. No tenía ropa negra ni formal, te moriste cuando estoy pobre, siempre hacías todo cuando no era el momento y supongo que no debió sorprenderme que no esperaras para decirme adiós. Al otro lado mi madre pareciendo rota como si un ave acabara de sacarle los ojos y no tuviera fuerza para por lo menos mirar y ella que siempre amo mirarte, mi hermana mayor sostiene su mano con fuerza y también llora; aunque se bien que es de culpa por no haberte abrazado nunca y mi otra hermana llora como si se le saliera el mar. Llora y dice “Porque se fue”… es una escena horrible pero creo que herede tu sentido del humor y no puedo evitar el quererle gritar: “Se fue porque fumaba, tomaba y gozaba”.
Yo estoy sentada lo más lejos de tu ataúd, odio el olor a muerto y lágrimas, odio el olor a dolor y falsedad… Y lo que más odio es que estés ahí metido y no te puedas reír conmigo de la ropa que trae tu hermana la gorda… La que me odia. Odie que no estuvieses en la puerta de tu casa cuando entre, por un momento olvide que venía a tu vela, cuando entré tu hermana se me tiro encima y me dijo que me querías como tu hija. Yo hice mi mayor esfuerzo por no llorar y le dije “Estoy segura que él a usted tampoco la quería”.
Quizá no sea el mejor regalo pero sabes que habría donado mi sangre si eso te hubiese mantenido conmigo. Creo que siento la urgencia de regalarte algo pues tú me donaste la risa creo que ha sido el regalo más precioso aunque en este momento solo saboree lágrimas. Lamento que en vida solo te haya regalado calcetines… ¡Pero valla que los usaste! Lo sé porque están colgados atrás con un agujero redondo en la parte de atrás.
Mi regalo para ti será hacerte recordar cómo llegamos hasta acá, como pasaron estos últimos años, desde que te vi por primera vez y desee que fueses mi padre, hasta hoy que estas en una caja grande con dos candelas y unas cien personas fumando en tu nombre…