Look at me, just at me. KTH+JJK

Secta.

Comenten por favor.

Contenido explícito y delicado.

Kookv/vkook

JK 21 años. - mayor por meses.
Th 21 años.

Todos vestían su capuchas, en conjunto con sus largas túnicas, ambas negras.

Los más jóvenes de la secta, listos para dejar de ser novatos, caminaban en camino al salón de ceremonias.

El castillo que habitaban, era de color gris en su totalidad. Algunas velas de cera roja se encontraban encendidas intentando iluminar los pasillos.

Pero ya se habían acostumbrado a no mirar tanta luz.

Todos rodeaban el patio principal. Ya que ahí, el tragaluz dejaba entrar demasiada iluminación.

El pelinegro, con sus características ojeras negras bajo sus ojos caminaba hacia el salón de ceremonia. A lado de su compañero de habitación.

Taehyung era castaño, pero su piel también era pálida.

Comúnmente no compartían muchas palabras. Los pocos que tenían derecho de hablar, eran los líderes de toda la secta.

Pero siempre estaban juntos.

Si iban a la hora del almuerzo, siempre iban al lado del otro. Se llamaban con pequeñas miradas.

Cuando Jungkook no podía dormir, se quedaba mirando a Taehyung de pie, a un lado de la cama del castaño.

Hasta que el menor se despertaba y le hacía un lado en su cama. Y dormían juntos.

Se conocen desde que recién habían cumplido uno los doce y el otro los trece.

El pelinegro, el más grande de los dos. Dormía sólo, el había nacido producto de un "sacrificio" de una mujer. Donde ella no sólo asesinada. Si no más bien, fue abusada y obligada a parir.

Pero a pesar de eso, ella en el fondo, lo hacía con gusto puesto que había nacido para eso.

Nunca conoció a su madre. Y se había dedicado toda su vida a rezar a su divinidad. Por ello quizá se veía más demacrado que el resto.

Taehyung en cambio, no tiene idea de cómo fue que se adentró a la secta. Sólo sabe que lo metieron a la fuerza.

Si conoce el nombre del menor, es porque el mismo le había dicho su nombre al entrar. Aún no sabía que no debía hablar si no era para rendirle honor a Belcebú.

Jungkook le había pedido con señas muchas veces que hiciera silencio. Pero no entendía. Hasta que por medio de castigos y quemaduras en su espada lo entendió.

Habían estado juntos por años. Y Taehyung en un inicio, sólo confiaba en el pelinegro. Por más que fuera producto de una aberración en una invocación.

Y a pesar de no conocer su nombre o haber escuchado su voz. Era alguien demasiado especial para él.

Ambos ahora caminaban hacia el salón. Sosteniendo el meñique del otro para no perderse. Puesto todos llevaban la misma prenda.

Bajaron la cabeza frente a la enorme estatua de aquel ser al que venerarban toda su secta.

Tomaron su lugar a un lado del otro, fuera del enorme círculo dónde el resto de la secta rodeaba.

Escucharon la grave voz del dirigente. Comenzando con la ceremonia de iniciación.

Ellos recitaban sus partes de la oración, aunque en realidad. No sabía el significado del todo.