Adicto a tí (Smut) OS Zarry Stalik

Eres Mi Perdición... (OS)

La molesta alarma me saca de mi sueño, pero me levanto de mi cama para disponerme a ir a la secundaria en una fría mañana de Londres.

El día pasa normal como cualquier otro, buenas calificaciones, platicando del partido de fútbol de la noche anterior, bromas pesadas con mi grupo de amigos, etc. Cuando es el momento de la salida me dispongo para irme a mi casa, estoy muy cansado como para aceptar la propuesta de salir con mis amigos, sólo quiero irme casa, tomar una ducha y relajarme.

Estoy en mi calle llegando a casa, pero siento una mirada penetrante observarme con detenimiento, como si quisiera grabar en su mente cada paso o movimiento que doy, volteo hacia atrás y lo veo. Está parado mirándome fijamente con sus profundos ojos color esmeralda, no puedo evitar ponerme nervioso cuando hago contacto con ellos  y que invada todo mi ser una corriente eléctrica. Empiezo a dar pasos ligeros hasta llegar a mi casa, no hay nadie –Como siempre–, subo las escaleras, me adentro a mi cuarto y me siento en mi cama.

Mi vecino, me dobla la edad, pero es joven,  su rostro pareciera que lo hubieran esculpido. Posee unos hermosos y desordenados rizos marrones y unos labios rosados y carnosos, tiene un cuerpo duro y tonificado desde la poca perspectiva que he tenido estos años. Tiene un carácter dominante, lo que hace que mis ansias crezcan. Hace 2 años lo ví desnudo en su casa con su fabuloso cuerpo y no pude evitar masturbarme pensando en él, Dios como me enciende ese hombre.

Con tal pensamiento no pude evitar sacar mi pene del pantalón y empezar a masturbarme teniéndolo en mis pensamientos desnudo, imaginándome todas las cosas sucias que podría hacerme y lo dominante que podría ser. De mi boca salen ruidosos gemidos, pero no me importa ya que estoy hundido en el placer.

Cuando llego al orgasmo grito su nombre, Expulsando mi esperma. Me recuesto en mi cama mientras trato de regular mi agitada respiración, recuperándome de mi orgasmo me percato mis cortinas las cuales dan directo a su casa están abiertas, entro en pánico y voy corriendo a cerrarlas. Espero que no me haya visto y escuchado, si no no podría con la vergüenza

*

En el transcurso del día llega toda mi familia después de unas pocas horas y me dispongo a hacer mis tareas cotidianas. Cuando cae la noche, entro al baño de mi habitación y tomo una relajante ducha antes de acostarme, me pongo el bóxer, me acuesto en mi cama y al poco tiempo me quedo dormido.

*

Me despierto al sentir que mi cama se hunde, y una mano cubre mi boca. Estoy de espaldas a la ventana justo al rincón entre mi cama y la pared, me tienen acorralado y no sé quién es, entro en pánico y comienzo a moverme descontroladamente. Maldita sea, no cerré mi ventana.

Siento sus rizos en mi mejilla. Mis ojos se abren como platos, no puedo creer que él está aquí en mi cuarto, en mi cama, junto a mí. Su brazo me envuelve acercándome más a él, deja un casto beso en mi mejilla y baja lentamente sus besos hasta mi cuello, quedándose ahí besándolo y mordisqueándolo como si fuera una golosina. Mi respiración es superficial y la dureza se apodera de mi parte baja. Coloca una de sus manos en mi pecho y la dirige hacia uno de mis erectos y sensibles pezones comenzando a pellizcarlo, reprimo un gemido sintiendo esa deliciosa sensación y contraste de sus rasposas manos en mi piel, me erizo bajo su tacto. Su mano baja lentamente por mi abdomen hasta llegar a mi pelvis, mete sus manos en mi bóxer y agarra mi dura erección, con su dedo pulgar toca mi glande, mandando una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, haciéndome delirar. Baja mi bóxer hasta las rodillas, Hago movimientos y consigo sacarlos completamente. Sin embargo, él no deja de acariciar mi glande húmedo de líquido preseminal con su pulgar.

En este momento siendo que me ahogo en un mar de placer intenso, estoy rodeado de nuevos y deliciosos placeres que él hace sentir, todo influye, su cálido aliento en mi cuello, sus besos y caricias, Todo. Deja mi glande y pasa a masturbarme suavemente, lo cual me desespera, estoy a punto de enloquecer y él lo sabe, suelta mi pene dejándome descansar, pasa a acariciar mis testículos de una manera lenta y placentera. Siento mi ano palpitar levemente, Dios, como necesito su dura erección dentro de mí.