Capítulo 15

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Los días pasaron rápidamente y Bakugo todos los días entrenaba con Eri y su sensei Aizawa. El rubio le contaba sobre los progresos de la niña y según él ya estaba cerca de recuperar su particularidad.
Era viernes por la tarde y Shoto le había enviado un mensaje avisándole que regresaría mañana por la mañana, lo Izuku esperaba con ansias. Estaba emocionado porque llegara su pareja para poder contarle de las buenas nuevas, ahora si, con total confianza de parte del peliverde. Tenía preparado en su mesa de luz, un sobre con las imágenes de la ecografía reciente junto con los primeros resultados de los análisis que se había realizado, para entregárselo a su pareja en cuanto lo viera y ver en primer plano la reacción de éste.

Se encontraba matando el tiempo revisando las noticias de héroes con su celular, al parecer con la ausencia de Shoto y Bakugo, el héroe Red Riot había logrado escalar varios puestos en popularidad, los comentarios decían que sin sus amigos los prodigios los medios tenían el foco en su mira. La realidad es que todos sus compañeros e incluso los de la clase B eran grandes héroes profesionales aunque algunos se dediquen a áreas sin tanta puesta en escena como su antiguo compañero de agencia, Shinso.
Por otra parte se sentía aliviado de que no siguieran hablando de él y de su falta de forma en redes sociales y foros porque a pesar de eso ya había aceptado sus cambios y los que seguirán apareciendo conforme se desarrolle su embarazo.

El peliverde siguió scroleando las noticias en su celular, mientras se encontraba en la comodidad de su cama. Dos toques en la puerta lo hicieron suspirar, últimamente la fatiga general que sentía su cuerpo lo hacía no tener ganas de nada, no quería levantarse a abrir la puerta. Sin embargo solo dos personas tenían la llave del departamento, Shoto y él. El primero estaba en servicio e Izuku no salía mucho, así que le dió la llave a Bakugo.

- Pasa... -murmuró con poco interés a la persona que lo solicitaba puesto que seguro se trataba de su amigo explosivo. Pero la puerta se abrió de una patada y apenas se giró para mirar al responsable una fuerte explosión le corrigió su típico peinado desordenado.- ¡Kacchan! -frunció el ceño apenas el rubio comenzó a reír. Ahora tenía todo el pelo hacia atrás dejando al descubierto sus cejas fruncidas claramente irritado, y el rubio lo gozaba porque raramente se enojaba.

- ¡Debiste ver tu cara Deku! -rió con ganas mientras se sujetaba el estómago. El pecoso volvió a desordenar su cabello para que vuelva a su forma despeinada habitual.

- Me alegro de que hayas recuperado tu quirk pero no tenías porqué hacer eso -refunfuño molesto.

- Quería hacer una entrada épica -el ojicarmín se encogió de hombros restándole importancia al otro.

- Pero tocaste la puerta ya sabía que eras tú -.

- No quería que mojes los pantalones del susto y le haga mal al crío -sonrió revolviendole los cabellos verdosos.

- Gracias por preocupa-.

- Callate Deku -lo interrumpió toscamente y dando media vuelta se alejó de la habitación.

- ¡Espera Kacchan! -el peliverde se levantó de la cama y lo siguió con paso rápido hasta la sala. El rubio lo ignoró.

Solía hacer eso a menudo, preocuparse por él o por el bebé e ignorarlo segundos más tarde cuando se lo recordase o lo tomara en cuenta por si mismo.

- ¿El bastardo ya va a regresar verdad? -preguntó de repente volteando a ver al peliverde.

- Sí, mañana -sonrió satisfecho.

- Entonces sería mejor que regrese a mí departamento -le comunicó al pecoso tranquilamente. La intranquilidad del peliverde a quedarse completamente solo lo asaltó.

No puedo creer que estés aquí... (Tododeku/Mpreg) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora