xv. oh, baby brother

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1975 ― Vacaciones de Verano


Selene nunca se había sentido tan enferma en su vida, su cuerpo estaba débil y su cabeza dolía como el infierno mismo. Aun así, su vergüenza era más grande que cualquier cosa, y no había salido de su habitación en todo el día siguiente. Euphemia se encargó de llevarle sus tres comidas correspondientes sin decir nada al respecto ni preguntar, y así pasó todo el día sin hablar con nadie. E internamente lo agradeció, necesitaba tiempo para pensar en qué diría cuando decidiera salir y verles las caras a todos los convivientes de la casa. Se prometió nunca volver a beber nada siquiera relacionado con alcohol para evitar decir cosas tan absurdas como la que había dicho. En definitiva no estaba en condiciones para afrontar momentos así.

¿En qué momento había pensado en Fleamont Potter como su padre? ¿Acaso había pensado que ellos la verían de la misma forma? Ridículo, completamente ridículo. Y apenas llevaban unos días allí, se sentía repentinamente pequeña y sus mejillas se sonrojaban con intensidad de solo pensarlo. Era una estúpida y nada menos que eso.

Por otro lado, presentía que algo no andaba bien, tal vez estaba paranoica y nada malo podía suceder a las una de la mañana, pero ella sabía que con el pasar de los años había desarrollado este sentido maternal que la alertaba cuando sus hermanos necesitaban de su ayuda, no sabía cómo explicarlo, pero era exactamente como se sentía. O se había vuelta loca sin más.

Cuando abrió la puerta de su habitación, con toda la disposición a descubrir cuál era el problema, se encontró con un desaliñado Regulus. Estaba en pijama y su cabello nunca había estado tan desordenado como en ese momento, probablemente por las distintas posiciones en las que había tratado dormir.

― Te desperté ¿no es así? ― dijo con vergüenza ― No fue mi intención.

― No, ya estaba despierta, ¿estás bien? ― bajó el rostro, y sus mejillas se tornaron lentamente a un tono carmesí que apenas se notaba con la oscuridad.

― Necesitaba hablar con alguien. Espero no molestar.

― Nunca molestas, Reg. Ven conmino, si nos quedamos aquí parados moriremos de frío. ― caminaron descalzos a la cama de la chica y se recostaron, cubiertos por las calentitas mantas que esta tenía, ambos con bolsas bajo los ojos por la falta de descanso. Selene también notó que la que algún día fue una sangrienta herida en su ceja, ahora solo era una cicatriz en donde ya no crecía pelo, si no supiera lo que había pasado pensaría que lo había hecho a propósito.

― Ayer por la noche fue lindo, fue diferente. ― susurró.

― ¿No son todos los días diferentes para nosotros?

― Supongo que sí, pero no he tenido tiempo para hablar sobre todo lo que nos ha estado pasando.

― Tienes razón, mi niño ― se apegó a su cuerpo para besarle la frente con cariño. El menor nunca se quejaba de esto, a no ser que se encontraran en el colegio. Selene era una de las pocas personas que les demostraban su amor ―. Te escucho.

― ¿Has notado lo mucho que has reído estos últimos días? ¿Y cómo nos tratan? El estilo de vida que tienen... Me hace feliz, verdaderamente feliz. Es casi como si hubiésemos estado destinados a encontrarnos, como si fuéramos una genuina familia, y sé que te sientes de esa manera también.

𝚂𝙲𝙰𝚁𝚂 ― james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora