L O N D R E S [ N.H ]

Capítulo 33 - Cena ostentosa

Llevábamos sentados cerca de diez minutos en silencio total lo cual lo hacía el triple de peor. Tenía la mirada gacha jugueteando con mis manos sin saber que decir para romper el hielo. La mesa se encontraba más alejada de las demás con la ventana a mis espaldas y a unos cuantos metros del manto blanco brilloso característico del recinto, que servía como cortina y ocultaba una mesa en el interior, todo para adquirir una reunión privada. Casi no había personas alrededor y todo yacía en silencio con el apenas audible murmullo de los clientes en trajes y pelo engomado.

Un mesero uniformado se acercó por nuestros pedidos dando un menú extenso completamente en francés. Lo que podía agradecer es conocer el idioma y la mayoría de los platillos. Niall tenía un enorme signo de interrogación por no saber descifrar casi nada, le estuve susurrando en que se basaba y pedí por él. El amable mesero antes de retirarse dejó una botella de vino blanco. Necesitaría más que simple vino para pasar la noche.

—¿Cómo estuvo su vuelo señora Williams? —carraspeo Niall a la vez que tomaba su copa para dar un trago. —Espero no muy agotador.

—Mi propia sangre no me dirige la palabra pero un completo desconocido parezco importarle más.

De nuevo el silencio atacó y yo simplemente quería desaparecer. Había un sujeto a lado de Dianne que no paraba de examinarme con la mirada. Ya se había presentado pero olvide su nombre casi de inmediato, tampoco es que me interesará. Tenía el cabello negro muy bien acomodado sin que se escapara un pelo, un traje pulcro y unas gafas negras.

—Volviendo a tu pregunta... —Bajó la mirada con altivez. —Bien, no me puedo quejar mucho, después de todo son viajes de negocios.

Ignoré el desaire que le dio a Niall con su lenguaje corporal. Él pareció no notarlo o al menos no le importó demasiado. Siguieron comentando sobre el clima y tráfico ellos dos, mi madre tratando de intimidar a quien la viese directamente y Niall luciendo despreocupado. Yo por otro lado, imaginaba la manera más eficiente de escapar sin hacer mucho escándalo.

—¡Amethyst!

La fuerte voz de Dianne me trajo a la realidad. Parpadee repetidas veces con las mejillas rosadas de la vergüenza.

—Disculpa —susurré y ella hizo una mueca.

—Te decía que... Espera ¿ese es un piercing? —arrugó la cara y yo cerré mis ojos al recordar que no lo había quitado.

—Lo es —asentí. Aquí vamos.

—Los cabellos azules y el piercing son muy poco profesionales en el trabajo si quieres ser tomada en serio.

—Mi imagen no depende mucho siempre y cuando mis acciones hablen por si solas, Dianne. —Hablé lo más suave y amable que se me permitió sin dejar de lado mi determinación. —No tiene nada que ver con mi profesionalismo.

—No lo voy a volver a repetir. Espero que mi mensaje haya quedado claro, Amethyst —desafío y apreté los dientes. Odiaba ese nombre.

—Y tú los prejuicios. Bienvenida al nuevo siglo, Dianne.

Antes de poder continuar, nuestra cena se sirvió. Retrocedí con mi espalda en la silla y brazos cruzados a la vez que contaba hasta diez. Niall extendió su mano hasta mi brazo buscando deshacer la postura y entrelazar nuestros dedos con suavidad. Me aferre a la sensación concentrándome en ella para mantener mis pies sobre la tierra.

—Quise reunirme aquí contigo para darte una noticia y presentarte a alguien especial.

Dejó el tema anterior con lo cual me sentí agradecida.