Herido. Yunando

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—Finalmente estas aquí —el moreno rápidamente le proporcionó un abrazo al pelirrojo el cual aceptó—

—Jefe no mame, se le extraño —soltó el mexicano—

—Yo también los extrañe, ¿no hicieron nada
que ponga en juego el taller?

—Psss no, todo estuvo tranqui

Armando solo asintió, sintió la necesidad de trabajar un rato pero después pensó en que llevaría a Yun a la mansión para que descansará, aunque alguien se le adelantó cosa que lo hizo sentir un tanto extraño pero tampoco iba a hacer un escándalo por aquello no tenía demasiado sentido, sería algo estúpido y humillante.

—Jodel Tonet glacias por llevalme

—Lo que sea por ti

El del mono rojo observó como partían para después dirigir su mirada hacía el mexicano.

—Jefe ¿pasó algo?

—No es nada... Dime ¿que tenemos el día de hoy?

El pelirrojo se encontraba ya en su habitación, en todo el camino había ido hablando animadamente con Tonet pero claro que solo fingió porque aún se sentía bastante de la mierda con todo lo que le había sucedido, le puso seguro a su puerta y sin mas se dedicó a buscar una bolsa la cual encontró dentro de su armario, sólo sonrió al verla, lo que esta contenía le ayudaría a olvidar sus problemas o al menos por un buen rato.

Armando pasaba su mano por su frente para secar el sudor, había sido un día bastante agotador, sólo quería ir a casa para darse un baño y descansar. Subió a su automóvil, se sentía estúpido por haber olvidado su camisa ya que en el casillero sólo tenía un pantalón, la música sonaba y tardó unos veinte minutos en llegar, bajo de su automóvil y sacó su llave.

—Almandoooo

—Chino ¿qué sucede?

—Me siento demasiado mal y no se que hacel

—Joder anda ven —el  pelinegro sin mas le proporcionó un abrazo a su compañero—

—Oyee ¿pol que estas sin camisa?

—Olvide llevar una camisa y solo tenía un pantalón en el casillero y el mono rojo estaba todo lleno de aceite no planteaba ensuciar mi auto

—Te vez espectaculal sin ella dejame decilte —decía entre risas cosa que hizo sentir confundido al otro—

—¿Que tomaste o que te metiste?

—No fue glan cosa solo algunas bolsitas

—Yun, por dios eres como un niño pequeño vamos a tu habitación

—Déjame disfrutal pol favol

El pelinegro no dijo nada y sólo tomó del brazo a su compañero para dirigirlo hacia la habitación de este.

—Yun tienes todo un desastre, joder

—Bueno ¿puedo dolmil contigo?

—Joder chaval, vamos en ese caso

Se dirigieron sin mas a la habitación de Nadando y sin dudar el pelirrojo se lanzó a la cama, el pelinegro sólo lo observó y una sonrisa se esbozo en su rostro,durante un largo rato lo estuvo observando, hasta que se sentó.

—Almando, quielo llolal ablazame pol favol

Para el pelinegro aquello fue bastante extrañó, pero no dudo en recostarse aún lado del pelirrojo y le dio un buen abrazo.

—Me siento telible, ya no se que hacel —sin más comenzó a llorar, cosa que asustó a Armando—

—Pero ¿que sucede?

—Es que..., tengo mucho miedo

—¿De Conway? O ¿qué tienes?

—De todo en si

Siguieron abrazados por un buen rato, Armando pasaba su mano por la espalda del otro.