Draco Malfoy era un chico engreído y todo Hogwarts lo sabía. Draco tenía un carácter que ni mil demonios muggles juntos podrían igualar. Era un chico prepotente y obstinado. No temía insultar o pasar por encima de los demás para obtener lo que quería. Aunque claro, eso ya lo sabían todos. Incluido Harry Potter, quien no podía evitar sentir una extrema curiosidad por el rubio.
Con frecuencia lo observaba en las horas de comida o en las clases que compartían juntos, imaginando que pasaría por su mente; cuáles eran sus preocupaciones, sus deseos, sus hobbies, ¿qué lo mantenía distraído?, ¿prefería los periodos escolares o vacacionales? ¿qué le quitaba el sueño?, ¿ansiaba los fines de semana y días libres? ¿tenía algún libro favorito?
Harry Potter podía durar horas tratando de responder sus dudas, sin embargo, nunca le era suficiente. Ansiaba conocer a Draco Malfoy de una forma tan real y pura; estaba convencido de que aquel chico odioso y petulante no era más que una máscara de protección.
Por desgracia o por fortuna, el chico de ojos verdes era consciente de que Draco Malfoy preferiría ser torturado hasta morir antes de serle cien por ciento honesto.Suspiró con pesar viendo por una última vez al rubio en la mesa de Slytherin. Se obligó a no preguntarse de que hablaría con sus compañeros y volvió su atención a la plática de Ron y Hermione.
—Yo solo digo que tienes que vivir un poco más. Vivir tu vida a través de libros no es vivir. —comentó tranquilamente mientras comía unos pequeños panecillos de moras.
—Primero que nada: no vivo mi vida a través de los libros, ¿sí? En segundo: es diferente vivir tu vida a arruinarla por una estúpida fiesta.
—No es una estúpida fiesta, es la estúpida fiesta. —Harry, quien, aunque no entendía muy bien de que hablaban rio al igual que Hermione. —No, espera, así no era... bueno, ustedes me entienden.
—Como sea, yo no quiero ir. —sentenció Hermione.
—No vayas, Harry y yo pasaremos un sábado en la noche como es bien merecido.
El mencionado asintió, aunque aún seguía sin tener idea de a que fiesta se referían. Supuso que lo averiguaría después.
[***]
—A veces me cuestiono tu inteligencia, Zabini.
—La verdad es que no contaba con que estos idiotas abrieran la boca. —aceptó con un gesto fastidiado mientras hacía un dobladillo en las mangas de su camisa.
—¿En serio? ¿Creíste que mantendrían la boca cerrada? —preguntó burlonamente. —Eso no ayuda a aumentar tu intelecto.
A pesar de que Vincent y Gregory estaban en la habitación junto con Draco y Blaise no se inmutaron ni un poco por la conversación, siguieron en su propia charla.
—Relájate un poco, Draco y concéntrate en las ventajas: ahora que toda la escuela sabe de la fiesta nadie faltará. Será épica y todos volverán a envidiarnos, ahora gracias a que nosotros seremos la razón de la noche más increíble que esta escuela ha visto.
—Claro, genio, ¿y si nadie va? Serás un hazmerreir y me arrastraras contigo.
—Ahora yo cuestiono tu inteligencia, Malfoy: si la fiesta es un éxito asumiré el cargo, si no lo es... nadie debe saber quién la organizó.
Draco hizo una mueca no muy convencido. No le gustaban mucho las fiestas, mejor dicho, no le gustaba mezclarse con las personas. Cuando su mejor amigo le sugirió hacer una fiesta a mitad de curso le pareció la idea más estúpida del mundo, ¿a mitad de curso? ¿Qué podían festejar? Sin embargo, trató con todas sus fuerzas ser un mejor amigo y no le arruinó la ilusión, al fin y al cabo, sería una fiesta en la sala común, obviamente con puros miembros de su casa... Hasta que Crabbe y Goyle abrieron su bocota cerca de un Ravenclaw con una boca igual de grande.
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Alcohol.
FanfictionDonde Harry cuida de Draco mientras este está ebrio. Fecha de publicación: 02/09/2020 #776 en "historia corta" en menos de dos días. #434 en "historia corta": 16/09/2020 #33 en "Tom Felton" 20/09/200 -Para mas historias Drarry consultar la lista de...