Me disculpo y agradezco apresurada mente, soltándome del brazo que aún me sujetaba; y trato de huir esperando que no me reconozca, pero solo llego a dar dos pasos cuando escucho que me dice:
-¿Carmen , eres tú?
Santo dios , se acuerda de mi . Me obligo a voltear y con una sonrisa tímida le contesto.
-Si, soy yo. Pensé que no me recordarías.(¿porque dije eso?, debí callarme la boca, los nervios me traicionan).
El pone una media sonrisa en su cara, y pasa una mano por su cabello.
-Si te recuerdo, ¿Cómo has estado?, muchos años sin verte, 8 ¿no es así?
-Si 8 años, desde el primer año de universidad, te perdí la pista.
Nos quedamos en un silencio incomodo , que el rompió preguntándome que hacía por ahí.
-Vine a una entrevista de trabajo aquí. Le señalo el edificio.
Lo mira , frunciendo un poco el ceño. ¿En empresas Mixon?
-Así es. Bueno me despido, debo asistir a otra entrevista en una hora y no queda serca, me dio gusto verte de nuevo. Me despido mientras camino y no le doy tiempo mas que para contestar un vago adiós, nos vemos; y me subo al primer taxi que afortunadamente estaba bajando pasajeros. Respiro aliviada , y al mismo tiempo sintiéndome muy cobarde, es increíble que después de tantos años , aún me ponga nerviosa su presencia.
Trato de distraerme el resto del día, hago algunas diligencias pendientes, encargos de Rose y voy a hacer la despensa. Aún así no puedo sacar de mi cabeza el encuentro de la mañana, al llegar al departamento me cambio por algo más cómodo y acomodo las compras en la cocina.
Decearía no haberlo visto, se vienen tantos recuerdos a mi memoria , unos buenos y otros no tanto, aunque a estas alturas puedo verlos desde otra perspectiva menos dramática. Y a quien engaño?, de ves en cuando me ponía a pensar en ese chico desgarbado, pero muy atractivo a mis ojos, que me robo el sueño toda mi adolescencia; preguntándome , ¿que pasaba con él?, probablemente seguiría casado con la pesada de Nataly, estoy segura que no lo dejaría ir tan fácil, después de todo lo que le costo conquistarlo.
Adam y yo , fuimos vecinos desde que teníamos 10 años, cuando me mudé a nuestro pequeño pueblo en Indiana. Nos tomó tiempo ser amigos, yo era demasiado tímida al igual que el. Pero mi madre entablo una bella amistad con sus padres rápidamente , así que poco a poco llegamos a congeniar muy bien. Nos separamos al entrar a la secundaria, asistíamos a diferentes escuelas; aún así seguimos unidos, platicábamos mucho, para sus 15 años ya era un enorme joven , me hacia reír con sus ocurrencias, nos gustaba ver películas comentando como todos unos críticos de cine, lo que nos había o no gustado del filme. Su sonrisa , jamás encontré una más hermosa, arrugaba sus ojos , y formaba un olluelo al lado izquierdo de sus labios. Ya desde entonces dejaba crecer su cabello para que tapara sus grandes orejas, que a mi me parecían encantadoras. Por las tardes, nos recostábamos en el césped de mi pequeño jardín, a la sombra de un árbol de flores amarillas que mi madre amaba, a leer en silencio y conversar.
Fueron años tranquilos y felices , pero al entrar a la preparatoria las cosas empezaron a cambiar, a pesar de que volvimos a ir en la misma escuela, nos alejábamos cada ves más . El entro al equipo de futbol , y encajo como guante con un grupo de chicos populares y pesados de la escuela.
Sobra decir que poco a poco desaparecí para el, sus nuevos amigos no me miraban mas que con desprecio, y no era la única , nadie en la escuela era suficiente para ellos . Yo 1.68 metros de estatura, delgada como un palo, de cabello lasio y oscuro, morena clara, con afición por los libros y para colmo me adaptaron lentes. Dejo de visitarme en nuestro árbol, empezó a fingir que no me conocía por los pasillos de la escuela si estaban sus amigos serca, pronto entendí que no debía dirigirle la palabra, porque se voltearía fingiendo no haberme escuchado.
Al menos nunca participaba en las burlas de sus amigos hacia mi, pero tampoco me defendía. Su actitud me confundía, a veces lo descubría mirándome , otras me hablaba y después como si no existiera.
Estaba tan concentrada recordando todo eso, mientras me tomaba un café , que no note cuando Rose llegó, y se paró frente a mi dándome un buen susto.
-No te escuché llegar , me asustaste. Le digo poniéndome una mano en el pecho.
-Estabas en la luna, te hablé un par de veces. Me reprendió. ¿cómo te fué hoy?
- Creo que bien, pero no me han hablado.
- Espera unos días, no suelen ser rápidas las selecciones.
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Destinados
RomanceDivorciada, escapando, llego a Nueva York con la firme desicion de salir adelante, demostrarme a mi misma que puedo con todo. El destino me tiene preparado un reencuentro inesperado con un amor que creía olvidado. Aunque mi pasado me persiga no me d...