Llamas. Gritos. Estantes ardiendo. Vicent mirando como él trata de alcanzarlo. El sonido del estante cayendo.── Estarás bien Draco. Estarás bien.
Aquellas palabras repitiéndose con profundidad. La desesperación consumiéndolo y la realidad chocando con él cuando sus ojos se abren. De nuevo como cada noche.
El pulso acelerado. El sudor corriendo por su frente y la boca abierta tratando de no hiperventilarse. Sus ojos enfocan un punto fijo en aquella habitación y el visaje que lo persigue se reaparece envuelto en humo denso. El terror crece en él de forma avasallante y el grito que brota de su garganta es agónico.
Intenta huir de aquel sitio pero sus acciones son torpes e inconclusas debido al poco orden de su cerebro.
── ¡No eres real! ── Grita en dirección a la sombra oscura que permanece en el sitio ──. No eres real. No eres real. No eres real ── Repite tratando de creerlo ──. No debes ser real.
Su oración flaquea carente de convicción ante lo que ven sus ojos, sus manos alcanzan el pomo de la puerta en su intento de huir, puede sentir los vellos de su cuerpo increparse ante el espasmo de escalofrió que lo abrazo. La manilla se mueve en su mano haciéndolo que la suelte con rapidez echándose hacia atrás totalmente consumido por el miedo.
La puerta se abre con premura dejando pasar a Narcissa envuelta en una fina bata para dormir. Draco libera el aire que estaba reteniendo de forma brusca y ruidosa.
── Ven acá ── Su madre extiende sus brazos de forma cariñosa hacía él, pero esté se rehúsa.
── Estoy bien madre ── Intenta aliviarla con sus palabras, sin embargo los gestos de su rostro y el estado de asombro no lo abandonan. Está intranquilo con ganas de salir corriendo de su encierro en cualquier instante.
── No, no estás bien Draco. ── Lágrimas humedecen sus ojos ante la imágen de su hijo ──. Quiero verte bien. Entiéndelo por favor ── Su suplica es agónica logrando estremecer al muchacho quién finalmente se rinde ante sus miedos buscando refugiarse en el cobijo de su madre.
Aunque intente hacerse el fuerte sus lágrimas se presentan mojando el hombro de Narcissa, la siente tensarse abrazándolo con más fuerza.
Sabe que esa situación está dañando a todos a su alrededor, el ver a su madre tan afectada, tan inofensiva ante sus ataques y preocupada por lo que pueda pasarle le altera.
La realización de su realidad. De lo mucho que puede seguir dañando a su progenitora cae en él. Las palabras se acumulan en su boca, un resoplido ahogado lo abandono dándole el impulso que necesita para poder hablar, pero aún así se rehúsa callandose así mismo.
Debía trazar el camino que necesitaba recorrer para saber que tan capaz era de afrontar sus temores. Además de asegurarse que las sesiones con aquel psicólogo pudieran ayudarlo de no terminar en un pabellón de San Muggo, con camisa de fuerza.
Cerró los ojos con profundo cansancio. Su madre se separó de él lo suficiente para la regalarle una sonrisa cálida al tiempo que con su mano derecha ahuecaba una de las mejillas del rubio.
Aquél gesto logro desmoronar sus pocas defensas. Sus pestañas se dejaron caer, en la penumbra tanteó la hasta sujetar la mano de su progenitora con ahínco.
Odiaba sentirse débil. Odiaba su vida después de aquel día que lo marco para siempre, pero debía hacerle frente de una vez. Basta ya de persimonía para sí mismo, de lamentos baratos y de buscar refugio en los brazos de sus padres aún cuando en el fondo responsabilizaba a Lucius, de todo este martirio agónico.
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SELDOM
FanfictionRaramente soy conciente del daño que tengo en el interior. Raramente reconozco lo jodido que estoy. Raramente me atrevo a afrontar la marca que me cubre el dorso de la mano y parte del antebrazo. Raramente dejo de pensar en ella. Ojos marrones, cab...