Año 1953 del día primero de septiembre.La mujer más que sentir tristeza por lo que había ocurrido, sintió una traición, algo más doloroso que cualquier otra cosa que haya experimentado en su vida, ya que su muerte se sentía como una traición que dudaría mucho tiempo y que aunque pasaran los años le seguiría doliendo inmensamente.
Nadie le creyó al hombre que ella amaba, les decía con razones y lógica que estaba mal lo que estaban haciendo que no importaba cuantas vidas renacieran no sería suficiente para pagar esos pecados atroces. Yo le preguntaba a ese hombre la razón por la que estaba luchando tanto por solucionar las cosas, ya que una ves cometido un pecado atroz no hay forma de que puedas expiar la culpa, en ese momento yo creía tener la razón y todavía lo creo.
El hombre solo se quedaba viéndome con una mirada de asombro por mis palabras, y no me gustaba como pasaba de tener asombro a tener esos ojos que amaba llenos de culpa de un momento a otro, el se acercó a mí y sin nada más, sin una sola advertencia me abrazo y me dijo que almenos debía hacer el intento, sin nada más que decir termino el abrazo y se marchó.
Los días pasaron y las cosas seguían igual, nadie le creía y yo sin tener la más mínima idea de lo que hablaba, lo ayudaba porque amaba a ese hombre.
Al final ocurrió la tragedia que de cierto modo ya esperaba, ya que las personas involucradas no querían rectificarse, así que en la casa que compartíamos y vivíamos juntos, mientras yo me encontraba a fuera haciendo otros asuntos, ellos lo asesinaron, la razón fue simple, fue para mantener lo que hicieron en un secreto por el resto de sus vidas y muertes sin que nada saliera de sus bocas o las de alguien arrepentido del hecho.
Me quitaron al hombre que amaba, que me sonreía y demostraba su amor de mil y un formas siempre que tenía oportunidad, pero me dolió más que al hacer todo para que se rectificara aún sabiendo que no podía ocurrir y aún así continuó, me dolió más que el sabía que podría dejarme sin su presencia, me dolió más que no tomará la razón de mis palabras y no compartiera su pecado con migo, y así me dolió muchos años después que el ya no me volviera a ver con esos hermosos ojos azules que reflejaban cuanto me amaba, pero el peor dolor que pude sentir de él fue que no confiara en mi para compartir aquel pecado que lo carcomia vivo, la culpa de no poder solucionar lo que él y otros hombres hicieron, y también no pudo manejar la culpa de que todos nuestros planes futuros no podrían llevarse acabo porque el se estaba arruinando poco a poco mientras seguía undiensode en una culpa cada ves más profunda.
Así el me dio la más dolorosa de las traiciones, que fue la de perder al hombre de mi vida, el que rompió su promesa de amarme toda su vida y de confiar en mi sin importar que, y más sin embargo el la rompió esa promesa que me hizo el día de nuestra boda, el me prometió un futuro hermoso y brillante, que ahora no es mas que un sueño lleno de mentiras y melancolía que solo puedo verlo con la más horrible y desgarradora tristeza.
Y con el tiempo la flor que el tanto cuido y amo se fue marchitando, parecía que se le escapaba la vida de una manera aterradoramente rapida, y sin más que la locura de la soledad que el dejo tomo una decisión.
Año 1955 del día octavo de agosto.
Así que querida amiga Rose es como llegamos al final de todo, yo no puedo vivir sin el, sin sus hermosos ojos azules, sin su presencia cariñosa y sin su dulce tacto como si fuera la flor más hermosa y delicada del mundo, por eso he decidido unirme a él, espero que en otra vida, en otro tiempo, pueda volver a verlo y estar junto a él nuevamente.
Adiós querida amiga.
De parte de Emily Harton.
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Historias De Vida
RandomHistorias con mis propios personajes, historias basadas en una frase, película o libros Mala ortografia Podría en un futuro corregir algunas historias Hactualizaciones lentas Espero que les guste