Todo empezó cuando tenía 4 años .
En casa de mis tíos me estrellé contra el cristal de la puerta principal de la casa. La puerta terminó con una grieta de tan fuerte que impacté. Lo raro fue que no lloré aunque me asusté un poco pensando en el fuerte regaño que sabía que me iba a llevar.
Por suerte nadie lo notó y ese día me salvé de un buen sermón. Después quise arreglar la puerta con cinta adhesiva pero no funcionó . Cuando terminé entré a la casa y empecé a jugar en la computadora. Mi tía me llamó para ayudarla a fregar y aún me sentía nerviosa por lo de la puerta . Hasta que mi abuelo llegó a recogerme para llevarme a mi casa con mis padres y mi hermana; mi mamá se preocupó cuando vio la marca de mi accidente pero solo le dije que me resbalé y caí y ella me creyó . Al poco rato me di cuenta de que no fue bueno mentir; pero ya no tenía que contarle, porque las madres lo saben todo. Y ella ya lo sabía.
Unos minutos después salí con mi mamá al parque y conocí a mi vecina Laura, la cual tenía una hija llamada Lili de mi misma edad. Mi pena no me dejaba saludar y me escondí detrás de mi madre, hasta que Lili se me acercó a preguntarme mi nombre y yo le respondí insegura. Desde ese momento, nos hicimos grandes amigas .
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El Diario de Alim
Random¿Alguna vez has pensado en escribir tu propio diario, pero no te has animado a hacerlo? Eso mismo le sucedía a Alim; pero un día se decidió a plasmar sus ideas e impresiones: se dio cuenta de que su vida, tal vez, era más interesante de lo que pensa...