| Dedicación: hornwhite |
Capítulo treinta y seis: Lost kisses.
❝Eres como la luna; que brilla sola...pero que oculta aquella parte que no le muestra a nadie y ha de ser la más hermosa.❞
✞
Terminé de colocar gloss en mis labios antes de colgarme el bolso al hombro y bajar a la cocina, donde seguramente, Laura se encargaba del desayuno.
A mitad de mi camino en el pasillo, la puerta de una de las habitaciones se abrió, revelando así el cabello mojado con el que Abel salía. La toalla colgaba despreocupada de sus caderas y su mano acariciaba con una fuerza sensual y áspera su nuca.
—¿Te duele?—Curioseé estúpidamente.
—Dormí mal.—Respondió mientras me echaba una mirada hambrienta, preví sus intenciones y al segundo, levanté ambas palmas en señal de alto.
—No vas a mojarme la ropa, Abel.
—¡Solo un besito!
—Te vas a pegar a mi ropa y me vas empapar.
Abel alzó una ceja y sonrió con coquetería.—Vamos, Phoenix. No sería la primera vez que te empapas por mi culpa.—Aprovechó que me quedé estática para dar un paso en mi dirección.
—¿Qué es tan divertido aquí?
—Mi...—pausa dramática.—...nuestra chica no quiere darme un beso. ¿Cómo ves eso, hermano?
La sonrisa divertida de Aleph se anchó.—¿Es eso cierto, morena?—Se llevó una un dedo a sus labios y se rascó justo debajo de su labio inferior. Recordándome así como había tomado mis bragas con esa misma sonrisa arrebatadora.
—Puede ser.—susurré.—Y no es que no quiera, es que no puedo.
—La chica Riox no quiere empaparse, eh.—Canturreó Abel, vi con los ojos entrecerrados cómo compartía una pequeña sonrisa con Aleph y antes de siquiera esperarlo, ya tenía contra la pared a Kerman, quien estaba completamente mojado y cubierto por una pequeña toalla en su cadera.
—Maldita sea.—Jadeó.—Jodidos reflejos, MountBatten.
—¿Tan estúpida parezco para que crean que pueden engañarme de esa boba manera?—chasqueé la lengua.—Me subestiman.
—Diría se los dije, pero no se los dije, solo lo pensé y los dejé "actuar".—Ader se unió al saludo mañanero, completamente vestido de negro y con el cabello ligeramente desarreglado. Sexy.—Nos espera el desayuno, familia.
—¿Cuándo fue la ultima vez que nos habías llamado familia, eh?—Aleph torció una mueca que quiso ocultar con una sonrisa.
Un silencio agudo se extendió en medio del pasillo.
—Creo que ya...deberíamos bajar, se nos enfría el desayuno...—Di la vuelta con dirección hacia las escaleras.
—¿Y es que acaso no recibiremos el beso de buenos días?—Los chicos se alinearon en una columna y esbozaron sonrisas inocentes con las que creían que iban a convencerme.
Y lo hicieron, claro que si.
Relamí mis labios y pose ambas de mis manos en las mejillas de Abel, el primero en la columna.
—Tómate tu tiempo, el College puede esperar.—Juguetoneó ansioso, sus ojitos mieles brillaban y su respiración era un pequeño y dulce desastre.
Abel era lo más tierno que había visto en mi vida, y lo más aterrador cuando se lo proponía.
—A tus ordenes, mi Abel.—Y junté nuestros labios sin desespero, pero con pasión. De la misma manera que se definía nuestra relación. Abel se dejó llevar por un segundo cuando acarició con suavidad mi mejilla pero tomó con fuerza la curvatura de mi cintura.
—Suficiente, hermano.—Aleph empujó a su hermano menor a un lado soltando una risita macabra.— Úsame como solo tu sabes hacerlo, morena.
—Hoy estamos poéticos, ¿Eh?—Sonreí, pero al segundo ya tenia los labios enredados entre los dientes de Aleph, su boca -como siempre- con ese sabor a caramelo de fresa delicioso me deleitó. Y terminó el beso con una suave y húmeda lamida a mi labio inferior que, sinceramente, me dejó un poco mareada de satisfacción.
—Mi turno, MountBatten. Lúcete.—Kerman deslizó sus dedos entre sus hebras rubias y se acercó con esos ojos metálicos y profundos hacia mi.
Asentí, hipnotizada por el color tan inusual y hermoso de sus orbes. E igual que los dos anteriores, su beso me dejó desubicada y deseosa de más.
Y por ultimo, y por primera vez...besaba a Ader.
—No me has hablado de esa noche en la oficina de tu padre...—tantee su abdomen, sus abdominales golpetearon contra mis dedos.
—¿Tienes que sacar eso ahora, Phoenix?—Rodó los ojos.
Mi nombre sonaba tan sensual en sus labios...
»Solo bésame.—Rogó.—Bésame...por primera vez.
Sin embargo, antes de que nuestros labios se rozaran, se escucho como la puerta principal de la mansión se cerraba con un ruido molesto y estruendoso.
Compartimos una mirada rápida entre todos antes de bajar y encontrarnos con nada mas ni nada menos que...
...Tristan...Ese Tristan.
*.*.*
Heheeee.
Corto porque viene otro esta misma noche heheeeee.
B, Yil.
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Riox. © ✔️ [DL #1]
Mystery / ThrillerUna chica nueva. Un asesinato. Cuatro chicos, un misterio. «El diablo se ha dividido, creando cuatro infiernos por separado. ¿Puedes con esto? ¿Puedes con ellos?» No intentes desafiarlos, no los mires a los ojos, no los toques, no los nombres. Los...