Somebody to love

iii. la comida

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A la mañana siguiente Jude durmió hasta tarde, encontrándose a todos los jóvenes desayunando cuando bajó a la cocina. Ese día estaba más calmada, a pesar de que aún no tenía noticias de su madre, su vida empezaba a centrarse de nuevo. Además, estaba prácticamente segura de que en unas semanas los aurores sabrían algo. Lo único que le preocupaba ese día era la comida con su padre, ¿y si ella no era lo que él esperaba? Claro que él no podía tener muchas expectativas, ¿en solo tres días? Quería creer que no sería así.

- Hola...- saludó con una dulce sonrisa.- Siento haberme ido tan temprano ayer, a penas hemos podido conocernos.- dijo sentándose frente a las dos únicas chicas.

- No hay problema, no están siendo días agradables para ti.- comprendió Hermione.

- Digamos que es complicado.- rió levemente empezando a tomarse su café.

- ¿Cómo es que hablas tan bien inglés?- preguntó Ron mirándola con curiosidad.

- ¿Qué?

- Disculpalo, es medio tarado.- rieron los gemelos.

- ¿Medio?

- ¡Ginny! Pensaba que tú me apoyabas.- se quejó el chico, su hermana simplemente se encogió de hombros sonriendo con inocencia.

- Bueno, Ron, yo no diría que lo hablo tan bien- rió levemente refiriéndose a su evidente acento francés- crecí escuchando a la mejor banda de todas, Queen.- afirmó con una sonrisa.

- Será mejor que tu padre no te escuche decir eso, preciosa.- bromeó Sirius entrando a la cocina.- Prefiere a los beatles.- la rubia frunció levemente el ceño, "¿los beatles? son buenos, pero meh" pensó. El día anterior habí revisado la colección de discos de su padre y la cantidad de discos de los Beatles no pasaron desapercibidos para ella.

- Olvida lo de los Beatles, ¡di algo en francés!- exclamó Ron.

- ¿Y qué quieres que diga?

- Lo que sea- dijo mirándole con curiosidad.

Ella alzó una ceja con diversión- Al mirarme así mientras hablo haces que me sienta como un mono de feria, Ronald. Esto es estúpido.- sonrió inocentemente.

- Wow, ¿qué has dicho?- preguntó Fred.

- ¡Yo he oído mi nombre!

- Que encantada de conocerte, Ronald.- rió suavemente.

La conversación fue interrumpida por una carcajada, todos se giraron en dirección a la puerta.

- Igualita a tu madre, Jude.

La rubia le sonrió a Regulus que empezaba a a prepararse un café solo.- ¿A qué hora nos marcharemos?- preguntó terminándose una galleta.

- Pronto, tienes unas dos horas, antes de comer quiero mostrarte algo.- dijo tratando de intrigarla antes de subir con su café a la habitación. Estaba intentando abrirse con su hija, pero no era tan sencillo cuando su hermano y todos esos niños le miraban tratando de enterarse del cotilleo.