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–Ya hay que irnos.– Habló el mayor.

–No, hyung, aún no.– Puchereo.

–Ya esta anocheciendo y tienes que cenar.–

–Podemos traer más comida aquí.–

–No, acepte traer tu merienda aquí porque solo era como un aperitivo, pero tienes que cenar en casa. Además tienes que dormir temprano.–

–Solo un poco más, hyung.–

En el corto tiempo que NamJoon tiene de conocer a JungKook, se dió cuenta que no puede resistirse a los ojitos de Bambi que su tierno menor tiene.

Pero tenía que ser fuerte. No se dejaba manipular ni de su novia, así que tampoco se dejaría manipular del niño.

(Aunque ya lo haya manipulado para traerle su merienda.)

–No, JungKook.– ¿Eh?¿Cómo que "JungKook"?¿Y los apodos? –Ya tenemos que irnos.

–Bi~bien, hyung, no.. no se enoje conmigo.–

–Oh, no, pequeño, ¿Que te hace pensar que estoy enojado?–

–Yo.. yo...–

Jeon quería llorar, ¿Había sido muy tonto sentirse mal porque su mayor lo llamó por su nombre?

–No~no es nada, hyung.–

–No, bebé, no llores.–

El mayor lo cargó, haciendo que Kook lo rodeará con sus piernas y se aferrara con sus brazos a su cuello. Recostó su cabeza en el hombro de su mayor. Encerio quería llorar pero no lo haría.

–Ya, tranquilo, pequeño, perdóname si te hice sentir mal, no fue mi intención.– Se agachó para recoger al peluche. –Oso no quiere verte triste.–

Jeon sonrió. ¡NamJoon había recordado el nombre de su peluche! Nadie nunca lo había hecho. Aunque no los culpaba, el nombre de su peluche es muy difícil de recordar.

–Iremos a comer, te ayudaré a ducharte y si quieres te leeré un cuento antes de dormir, ¿Si?–

El menor asintió y Kim camino hasta casa, ya que no se habían alejado mucho, no le fue muy difícil encontrar el camino.

Ahora estaban en la cocina.

–¿Que quieres cenar, pequeño?–

–¡Pastel!–

–No, eso puede ser después.–

–¡Helado!–

–Después.– Reitero. –Lo que quieres tu es postre, y lo que digo yo es cena.–

–¡Es lo mismo!–

NamJoon sonrió por aquello. Encerio ese niño es muy tierno. Cuando terminaron de comer, el mayor iba a tratar de ordenar un poco la cocina, Jeon se fue a duchar.

NamJoon terminó, por suerte no hubo ningún plato roto, se dirigio a la habitación del pequeño y lo encontró poniéndose (con mucha dificultad) la pijama.

–Pense que me esperarias.–

Se adentro en la habitación para poder ayudarlo.

–No quise molestarlo, hyung.–

Nam se sentó en la cama mientras ponía las manos de Kook en sus hombros para que se sujetara. Subió su pijama y el cierre.

–Que lindo eres.–

El menor se sonrojo.

–N~no lo soy.–

–Si, lo eres.–

Kook gateo por su cama hasta acomodarse adecuadamente y abrazó a su peluche. Nam lo ayudo a taparse con las sábanas.

–Buenas noches, pequeño.–

Antes de que se fuera, Jeon lo detuvo jalandolo de la camiseta.

–Hy~hyung, dijo que me leería un cuento.–

–Oh, bien.–

Volvió a sentarse a un lado de la cama.

–¿Que cuento quieres que te lea, pequeño?– Sonrió.

NamKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora