PRÓLOGO: ¿Cómo sobrevivir a ti mismo?

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Victoria

13 de Enero de 2023.                    9:06 p.m.

Para muchos, a veces nos es difícil afrontar la realidad, y vernos hundidos en la incesante inquietud de saber que debes seguir, que debes avanzar, hacia una realidad, frustrante, severa, triste, silenciosa, una realidad tan, ¿irreal?...

"No sé cómo avanzar, no sé que debo hacer, llegué a un punto de vacío y confusión, de sentirme atascada en mis pensamientos, en mis recuerdos, todo pasa frente a mí de un lado a otro, y no sé cómo hacerlos parar, no sé como afrontarlos, no quiero seguir viendo tu rostro a través de ellos, pero lo hago todo el tiempo, no quiero verte sonreír otra vez, porque me duele no ser la causa de ello, no quiero escuchar tu risa de nuevo, prefería hacerlo junto a tí una vez más para olvidarme de todo esto, de cuando dijiste que me amabas, que te quedarías conmigo,  y que jamás estaría sola, escucharte decir que aquí seguirías a pesar de todo, que "¿estaríamos bien?", que lograríamos muchas cosas, mientras me prometiste otras, aun sabiendo que no era verdad, y que ese momento jamás iba a llegar, todo este tiempo fui fiel creyente de todo lo que había en tus palabras, sin saber lo que se escondía detrás de ellas, ¿existirá en algún lugar ese "para siempre" en donde todas las promesas se cumplan? ¿y en donde quedan, cuando estas se desvanecen?.

No sé como callar todo lo que hay en mi cabeza, no sé como pasar las noches sin tantas emociones que dan vueltas, no sé como parar una vez que todo esto empieza"

Mi vista se encuentra nublada entre cada verso que te escribo, mis manos no pueden más, tiemblan, y se cansan, mis ojos son incapaces de sostener más las lágrimas, yo ya no puedo seguir escribiendo, el tiempo hace un tic que se convierte en un tac, y con cada segundo que pasa, todo se hace más difícil de asimilar, siento que me desvanezco...siento mis ojos cada vez más pesados, como si un sueño arrastrante me acobijara, y yo no supiera que hacer.

Mi respiración se agita, mi corazón con mucha fuerza palpita, mis pensamientos me lastiman, tus palabras me quiebran.

Y yo solo suelto en llanto.

Solo un segundo más es suficiente para verme tendida en el suelo.

Sola.

Más que de costumbre.

Deseando que todo sea una maldita broma.

Abrí los ojos inmediatamente.

Tomé mi teléfono y lo primero que hice fue buscar su contacto para luego llamarle.

Hubo un tiempo de espera de 10 segundos antes de que contestara, y lo hizo.

-Tuve un mal sueño- le explicaba entre sollozos.

-¿Qué soñaste, corazón?- me dijo sin pedir explicaciones por haber interrumpido sus horas de sueño.

Escuchar su voz otra vez me hizo sentir paz.

-¿Me sigues amando, cierto? -le pregunté.

-Claro que sí, y con cada día que pasa lo hago aún más, recuerdas?

-¿Estás segura?- insistí.

Algo en mi siempre trata de confirmar las cosas una y otra vez creyendo que las personas pueden cambiar de opinión de un día para otro.

Pero yo sabía que ella no era así, me lo demostraba.

-Te amo infinitamente.- dijo.

Por fin me tranquilicé.

-Te amo aún más.

Sonreí.

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