Me moví en la cama y me desperté de golpe cuando me dio un calambre en el gemelo derecho.
-Mierda mierda mierda- Masculle mientras me hacía unos torpes masajes para que el dolor se fuera.
Después de un par de movimientos y que el dolor pasara. Caí de espaldas de nuevo en mi cómoda cama. Mi cabeza tocó la almohada y automáticamente cerré mis ojos preparándome mentalmente para levantarme y comenzar mi dia
Me dolía todo el cuerpo. Absolutamente cada fibra de mis músculos. Haciendo un esfuerzo sobrehumano me levanté de la cama y me puse mi bata para ir a preparar el desayuno.
La noche anterior despues del inconveniente con Daniela, llegue a mi casa de nuevo decidida a sentarme y leer cada hoja del archivo del asesinato, con un cafe en mano me sente pero lamentablemente no pude ni siquiera leer una oracion de lo que habia escrito.
Estaba furiosa. No podía dejar de pensar en cómo me había tratado Calle. ¿Quién se creía? ¿Cómo se atreve a tratarme así?
Habían pasado muchos años de mi vida buscando ser la mejor para que venga una... tal por cual a decirme que yo era una policía de pueblo.
Posiblemente sí lo era... pero era la mejor de este.
Resignada a que no iba a poder concentrarme, fui a mi habitación y me puse mi conjunto deportivo favorito.
Después de cargar mi botella de agua y una pequeña toalla que tenía para hacer gimnasia, salí de mi departamento y subí hasta el último piso del edificio.
No sé cuántas horas estuve ahí. Un par posiblemente, solo me dedique a ejercitarme y descargar toda ira hasta que un calambre en medio de una sentadilla me obligó a volver a casa a ducharme y a tirarme adolorida en mi cama.
El reloj de pared mostraba las 9 a.m y era sábado, lo que significaba que podría desayunar tranquilamente sin tener que salir corriendo a la oficina.
La cocina definitivamente no era lo mío pero la primera comida del día era mi especialidad. Generalmente de lunes a viernes solamente me tomaba un café y quizás alguna barra de cereal que encontraba en mi alacena. Pero los fines de semana, me esmeraba en alimentarme bien.
Prepare un plato de avena y lo decore con los toppings que más me gustaban: banana, leche condensada de almendras y coco rallado. Además el fiel café de todas las mañanas.
No me consideraba una adicta al café pero si consideraba la infusión como una buena compañía para lidiar con las adversidades del día.
Tomaba tanto café que a veces mi dentista me regañaba, pero por suerte nunca fui una persona de tener los dientes manchados ni mucho menos descuidados.
Ya con mi café y mi avenita, me propuse pasar el día estudiando y poner toda mi concentración en el caso que tenía en manos. Si quería quedar a cargo de todo... tenía que tener todo fríamente calculado.
Me dirigí a mi escritorio recientemente ordenado y mire la ventana que estaba detrás de la mesa donde siempre estudiaba se podían observar la calle y los árboles blancos de la reciente nevada.
Tomé una profunda respiración y solté todo el aire para luego cerrar los ojos y decir: "Vamos Poche, este es tu momento".
Y si fue mi momento, me pasé 3 horas con la cola en la silla leyendo y releyendo cada hoja, haciendo mil hipótesis e imaginando miles de escenarios de cómo pudo el asesino matar a Caroline.
Por un momento me pase la mano por la frente llevando mi cabello hacia atrás y me tire sobre el respaldar de la silla donde estaba sentada, soltando un suspiro me propuse a seguir en mi máxima concentración leyendo pero comenzó a sonar mi celular que había quedado sobre la pequeña isla de mi cocina.
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Caso 11
FanfictionUn asesinato en un bar de strippers provocan que la unidad policial de María José fuera irrumpida por la inspectora Daniela Calle y su equipo. Luego de cerrar el caso a duras penas, debido a la mala relación de ambas inspectoras, una serie de asesin...