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"¿Cómo seguirá esto?" 

Me pregunto cuando salimos de la piscina, ¿Cómo seguiría? Me quede callada mientras dejaba que el me envuelva en sus brazos para darme un poco de su calor, no quería que esto se formalice en una relación, se lo dije y lo explique, no estaba lista aún para llevar un titulo y el comprendió al instante que solo me podría tener de a ratos, de a momentos para él. Lo acepto porque no iba a presionarme, quería que fuera único y dándome tiempo a sanar lo que aun no sana. Compartimos una cena con mi familia, mis abuelos estaban encantados con Nick, más que todos, mi abuela, ella quería casarse con ese muchacho y mi abuelo se reía. Todos estaban felices y contentos, la única persona que no podía procesar el momento familiar perfecto era Miss Venable, Víctor la invito a cenar porque no le gustaba que cene sola en las noches, después de todo a las personas hay que darle un poco de su propia medicina y no lo llamo venganza, lo llamaría justicia cósmica.

Y todo iba perfecto hasta que Nick tenia que marcharse, lo acompañe a la puerta y lo despedí con un pequeño beso en su mejilla. 

Dentro de la casa todo estaba en silencio, excepto el living donde se encontraba Wilhemina, David, Víctor y Luciano, estaban tomando vino y por lo mucho que amara el alcohol era mejor que me vaya a recostar.

—No te vayas a dormir Miller, ven a qui. —grito David divertido cuando me vio pasar por el pasillo.

—Estoy cansada

—No seas aburrida, solo una copa y te vas. —lo mire con duda, siempre que intento tomar una copa termino tomando 16, no era buena idea, pero me lo merecía.

Asentí y me acerque, me toco sentarme en el sillón, al lado de Wilhemina y como si fuera poco mis manos estaban temblando, por el alcohol quiero creer. ¿Sera que esto es obra de Dios? ¿O es obra del Diablo? Uno nunca sabe por quien esta bendecido.

El vino que tomábamos era uno dulce, lo había tomado por primera vez con Miss Venable y ahora lo tomábamos por segunda, solo que en esta no me sacara de casa y me llevara a un barranco para ver la ciudad, esta vez no.

—Yo me retiro. —comento Luciano —Tengo que ir a casa de Lola.

— ¿Van hacer cosas sucias? —pregunto David con tono burlón

— Claro que no, cállate. —le dio un leve golpe y tomo las llaves del auto. —Llego tarde...

Fue lo ultimo que dijo para luego retirarse y perderse por la puerta de entrada, volví mi vista a Víctor quien le susurro algo a David.

— Nosotros vamos por helado, se me ha antojado. —Estos imbéciles planean que me quede sola con esta mujer. —¿Algún sabor en especial?

— No. Yo ya me voy a dormir.

— No, tu te quedas. —Dijo David empujándome de nuevo al sillón. —Solo son unos minutos, vamos rápido, no dejes sola a Wilhemina —Ordeno y beso mi frente.

Escuche como se cerro la puerta y me levante a mirar por la ventana, los muchachos se morían de la risa, esto claramente fue un maldito plan, podía irme y dejarla sola pero tampoco quería ser una maleducada, mis malditos modales no me permitían escapar. Los vi alejarse en el auto de Venable. Me senté nuevamente y tomé la copa de vino para pasármela entera, no tenia ganas de hablar con ella, no quería nada de ella. 

Estaba volviéndome loca, hasta que ella hablo.

— ¿Cómo esta tu nariz? —pregunto acariciando el borde de la copa, estaba demasiado nerviosa, lo note por como movía sus dedos, no podía dejarlos quietos, subió su mano y acaricio su frente.

Más Allá De NosotrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora