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Y ahí estaba él, caminando tranquilamente hacia el parque mientras miraba los carteles brillantes de los locales cercanos. Sintió la suave brisa de la noche mover su cabello, por fin empezaba el otoño.

Al llegar al lugar caminó directamente al lago, ignorando los adultos que quedaban ahí paseando a sus perros o los adolescentes en grupos que gritaban como locos. Solo tenía un pensamiento, llegar al banco.

Sonrió al ver ahí sentado al azabache, soltando un suspiro antes de tomar asiento. El contrario se giró para verle, mostrando una pequeña sonrisa ante la presencia de su acompañante.

-Vaya, estoy empezando a pensar que me persigues. ¿Operación en cubierta?

El moreno ladeó levemente la cabeza, sonriendo de lado.

-Exactamente, me sorprende que te hayas dado cuenta de mi operación de policía en cubierto.- bromeó divertido, riendo cuando vio al contrario levantar ambas manos mientras ponía una expresión de miedo.

-¡Le juro que la marihuana no es mía, agente!

Ambos empezaron a reír, mirando al reflejo del agua cuando se tranquilizaron. Hacía meses que David no se reía tanto.

-¿Sabes? En un minuto me has arreglado el día de mierda que he tenido- el ojiazul cerró los ojos, soltando un suspiro-, así que gracias, David.

-Tú también me lo has arreglado, podemos dejarlo en empate.

-Supongo que sí.

Durante unos minutos ambos se quedaron callados, cada uno perdido en sus pensamientos.

-Bueno, ¿vienes muy seguido por aquí?

El castaño frunció ligeramente el ceño, pensando en la respuesta.

-Solía venir a menudo de pequeño, pero en los últimos años no lo he visitado mucho, algunas noches para caminar. ¿Y tú?

-No mucho, llevo en la ciudad casi 8 meses, y la mayoría del tiempo tuve que ayudar en la mudanza y la matrícula de mi escuela. Estos meses estaré más libre, así que decidí investigar un poco más la ciudad.

-¿De noche?

-Digamos que... soy como un animal nocturno.

David asintió, viendo la pequeña mueca que se formó durante un minuto en su rostro. Prefirió no preguntar nada, muy a su pesar.

-Oye, ¿te apetece quedar un día para charlar con más calma y tiempo? A simple vista pareces un tío simpático.

Se sorprendió ante la pregunta del contrario, sintiéndose confuso. ¿Quería quedar con él? Si hasta un pez asfixiándose hablaba más que él.

Sin duda un chico peculiar, y eso le llamaba la atención.

-Claro, por mí bien- dijo subiendo los hombros mientras sonreía-, también pareces legal, al menos que ese polvo blanco en tu bolsillo sea algo ilegal.

-Lo siento, la cocaína la suelo guardar en el abrigo de fiestas- el azabache soltó una suave risa, levantándose-. Antes de venir tuve un trágico accidente con un saco de harina. Intenté de todo, pero no sobrevivió a la caída.

-Mi más sentido pésame.

¿Acababa de bromear?

Bueno, al menos al menor le hizo gracia. Sí, el chico era bajito, por lo que podía ver.

-¿Entonces... mañana a las nueve aquí?

-Perfecto.

-Muy bien, pues hasta mañana, señor David.

-Hasta mañana, señor Alex.

Ambos se sonrieron, caminando cada uno en dirección a su hogar.

Luz de luna// Fargexby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora