eternal; todoroki shōto CANCELADA

sieben.

—Acepto. —pronunció la petisa, mirando a ambas orbes, una color ónix, y la otra tan azul con algunos detalles esmeralda, embriagante y hermoso con todas sus letras.

Los aplausos resonaron en el gran salón.

—¿Estás llorando?—Keigo miró al pelinegro de cola baja y terno, el cual negó mientras quitaba una mano de su rostro.

—No.—respondió en un susurro.

Takami le ofreció un pañuelo sin decir otra palabra.

El nerviosismo se apoderó de ella, y el rojo tiño sus mejillas. Bajó su vista hacia las manos entrelazadas, sintiendo el pulgar de su, ahora, esposo; darle un cariño en sus nudillos. Volvió a alzar su rostro mientras entrecerraba de a poco sus ojos, acercándose a su mayor para unirse en un beso.

Su primer beso juntos.

Pensó la petisa al sentir el roce de labios de aquel bicolor, eran cálidos y suaves como alguna vez se lo imaginó, sabiendo que este día llegaría desde que supo su compromiso con él. En ningún momento soltó su mano, tampoco se le vino ese pensamiento para ser honestos, solo se dejó llevar por ese beso tan inocente y necesario.

Estar contigo se siente tan cálido...

Los aplausos no cesaron incluso hasta después del beso que ambos se dieron, mirándose el uno al otro, fue inevitable formar una sonrisa en sus labios, aunque la vergüenza aún lo dejaba en paz, llevó la yema de sus dedos hacia los mismos mientras se giraban hacia el público.

Estaba hecho, estaban casados.

Ambos caminaron hasta las puertas del salón, siendo ovacionados y felicitados por quienes presenciaron su unión.

Jun, por su parte, también aplaudía sin decir alguna palabra, mirando de lejos a Kirishima, quien también mantenía un contacto visual con el rey de hebras azabache.

Cuídala.

Movió los labios articulando esa palabra, sabiendo a lo que refería el joven de ojos escarlata, asintió.

Tarde o temprano, lo ibas a saber.

(人 •͈ᴗ•͈)

—¿Estabas nervioso?— preguntó Hanabi, alzando su rostro para poder mirarlo a los ojos.

—Te soy sincero, si... —suspiró su esposo, sosteniendo con firmeza la cintura de su pareja, respondió mientras giraba con ella en el baile que se encontraban.

Los mismos invitados de antes seguían admirando a la pareja, comentando lo perfecta y hermosa que era esa relación, hablando del físico de ambos, no faltó algún comentario que se preguntaba cómo serían sus futuros hijos.

Hanabi sentía el palpitar de su corazón bastante fuerte, como si en cualquier momento se saliera de su pecho para ir con Todoroki y quedarse con él toda su vida. No se habían dado muchos abrazos, algunos habían sido para evitar empujones y tal. Pero se sentía igual que en su cita; protegida y en paz.

Todo es tan cálido contigo.

—Shōto-san... —balbuceó apegando el lado derecho de su rostro al pecho del más alto, escuchando los latido de su corazón.— ¿Por qué cuando estoy contigo, me siento en paz?