Capítulo 20

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-¡Jane, despierta!-noté como alguien me sacudía.

-Cinco minutos más.-dije mientras me daba la vuelta hacia el otro lado.

-¡No!¡Es urgente!¡Travis aceptó!

Me levanté como un resorte.

-¿En serio?-pregunté.

-Si.-dijo mi prima feliz. No paraba de sonreír.

-Me alegro mucho por ti.-dije mientras la abrazaba.-¿A dónde vais a ir?

-A un restaurante del pueblo. Vamos a ir a comer.

Salí de la ducha, me sequé y me vestí. Bajé las escaleras y en la puerta me encontré a Mabel con una gran sonrisa.

-¿Qué tal estoy?-me preguntó. Al final la había tenido que dejar ropa yo porque ella no tenía nada que fuera un poco elegante. Le había prestado un vestido cortito de tirantes con falda de vuelo y estampado floreado en tonos cálidos, junto con unas manoletinas naranjas a juego con el vestido.

-Preciosa.-respondí.

-Gracias.

Me abrazó y abrió la puerta.

-Suerte.-dije antes de que se marchara.

Me pasé todo el día con Tony.

Primero fuimos a montar a caballo y luego hicimos un picnic en el bosque cerca de un riachuelo.

Cuando volvimos a casa eran las seis y media de la tarde. Ya debía de haber vuelto Mabel. Deseaba que le hubiera ido bien con Travis.

Me despedí de Tony y entré en casa. Solo se oía el molesto ruido de las moscas. Subí las escaleras y me dirigí hacia la habitación de mi prima. Cuando estaba a punto de llamar a la puerta me percaté de que del otro lado se oían unos sollozos. Eso no era buena señal.

Abrí la puerta con sigilo.

-¿Mabel?

-Déjame.-sollozó ella. Estaba tumbada en la cama, boca abajo.

-¿Qué ha pasado?

-Nada. Vete.

-No me digas que no te ocurre nada porque estando así no me lo voy a creer.

Ella levantó la cabeza. Tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, pero su expresión no era triste, su expresión era de rabia.

-¡La culpa es tuya!-me gritó ella.

Me quedé a cuadros. ¿Qué había hecho yo?

-¿Mía?

-Si. Tuya. ¿Por qué tienes que ser mejor que yo? Los chicos siempre te prefieren a ti.

-¿Qué…?-no entendía nada.

-Hasta Travis te prefiere a ti. Me dijo que a mi solo me quiere como amiga, que la que le gustas eres tú pero que no te va a pedir salir porque tu novio es amigo suyo.

Estaba boquiabierta y a penas podía pronunciar palabra.

-De pequeñas también era así. Los niños también te preferían a ti. ¿Te acuerdas de Charles? Ese niño me gustaba a mí de pequeña pero siempre te prefirió a ti y tú nunca le hiciste caso.

Me acordaba de ese niño. Teníamos diez años cuando aquello. No se que sería de él.

-Lo siento, Mabel. Pero yo no tengo la culpa. Pensé que le gustabas tú, no yo.

-Pues no es así.-volvió a hundir la cabeza en la almohada.-Vete. No quiero verte.

-Pero…-intenté decir.

-¡Que te marches!-dijo mientras se quitaba un zapato y me lo tiraba. Yo me agaché justo a tiempo y salí deprisa de la habitación.

Me sentía mal por Mabel y en cierto modo la comprendía. Aunque no fuese mi culpa era de entender que estuviera así. Estaba muy enamorada de Travis.

Me fui a mi habitación y me tumbé en la cama. Estaba muy cansada asíque cerré los ojos y me quedé dormida.

Una chica de ciudad en un pequeño puebloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora