Capitulo 7

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Toda la mañana Joaquin se dedico a pasear por la casa, exploro cada rincón de esta exceptuando las habitaciones de los demás, quizo en entrar a la de Emilio pero pensó en mil castigos que podría ejercerle si este se enteraba

Tomo un libro de la oficina del coronel y se fue al patio trasero, por alguna razón ahí no habían guardias que lo miraran con odio y despectivamente

El pasto cubría toda la extensión de este, paso todo el día ahí leyendo sobre aztecas y chichimecas, el libro contenía leyendas, cultura y tradiciones
Su lectura se veía interrumpida ocasionalmente por la señora Agneta quien le llevaba comida, Joaquin no prestaba atención a lo rápido que estaba pasando el tiempo pero cuando el sol calló supo que pronto llegaría Emilio y sin saber por que eso lo emociono

Tal vez por su abrupta salida esta mañana o por la preocupación en sus ojos al subir al auto, el peli negro simplemente no supo y casi corrió a la sala a esperar su llegada, pero esta no sucedió

Estuvo hasta lo que pensó fueron las 2 am y Emilio no llegó, realmente confundido y con algo de preocupación se metió a su habitación, pensó en preguntar al mas joven de la casa por su hermano mayor pero recordó las palabras de Emilio de no hablar con el y por mas que intentara comunicarse con la amable Agneta no le entendería

Horas mas tarde se quedo dormido pensando en el rizado y lo suave que parecía un piel















Unos golpes en la puerta de Joaquin lo despertaron y al abrirla se topo con el niño Adler
-hiciste la lista?, Agneta esta por ir al mercado-señalo el emocionado
-amm puedo decirte y tu lo escribes?, no creo que Agneta comprenda el idioma en que le escribiré-señalo Joaco
-claro!- el niño corrió por papel y pluma tan rápido que le impresionó a el mayor el tiempo que tardo-tu sabes hacer altares?
-si, quieres que hagamos uno?-pregunto el peli negro
-si!, para mamá- sonrió el
-claro entonces ay que agregar mas cosas a la lista-sonrió Joaquin












En cuanto Agneta trajo todo tanto ella como el menor y Joaquin se pusieron manos a la obra

Joaquin enseñaba a Agneta a preparar pan de muerto mientras el pequeño Andler cortaba con figuras hojas que pintó colores ya que no consiguieron papel china

Fue una tarde agradable pera Joaquin casi pudo sentirse como en casa una vez terminada la obra
El altar que hicieron carecía de cosas flores de cempasúchil, el tradicional perro negro y calaveritas de azúcar
Pero aun así se las ingeniaron para que les quedara precioso y lleno de color
Pusieron flores de todas las que Agneta encontró en el mercadillo Japones y Adler coloco la foto de sus padres en la sima junto a grandes velones

Hicieron dos panes de muerto, uno para el altar y otro para comerlos ellos, Agneta preparo comida sencilla y agregaron los sopes que quedaron del desayuno anterior preparado por Emilio

Los tres felices con el terminado de su altar se sentaron al rededor a observarlo por un buen rato
La cara del menor permaneció iluminada en todo momento y Agneta quien parecía no comprender bien que era lo que hicieron igual sonreía orgullosa de lo que lograron

Comenzaba a anochecer y ni señales de Emilio por ningún lado, Joaquin se preguntaba si el estaba bien y si no lo estaba que sucedería con el? Lo enviarían de nuevo al campo o lo matarían ahí mismo?
En toda la tarde no se animó a preguntar por el, pero algo le decía que no era tan grave pues el hermano menor estaba muy tranquilo al igual que Agneta

Después de comer un poco de pan y beber chocolate caliente salió al patio trasero a observar la luna y las estrellas

Era curioso pues si ignoraba la realidad de su situación estaba casi agradecido por poder contemplar semejante hermosura de cielo pero a la vez no podia dejar de pensar en el rizado, la incertidumbre le carcomía, donde estaba? Por que no volvió anoche? Estará bien? Estará haciendo daño?
En eso un chistar llamo su atención

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