Cerré los ojos con fuerza, como si pidiera con todo mi espíritu que todos regresaran, que alguien me ayudara.
-Baja al niño –alguien grito, abrí mis ojos y todos estaban a mi alrededor, como si mis suplicas hubieran sido escuchado. Gire mi rostro y vi como todos combatían, pero no era suficiente, yo debía ayudarlos.
-No te separes de mami –dije y el asintió, colocándose entre mis piernas y cerrando los ojos, mientras que yo disparaba a todos los walkers.
L a lucha se hacía constante, el ruido atrajo a más de estos, que no caían en las trampas y se escabullían hasta la reja más cercana.
-A las rejas –gritaban las personas que lograban ver, al girarme, todo paso demasiado rápido, la reja no resistió, se vino al suelo, dejando pasar a más de 30 walkers. Parecía como si las balas no alcanzaran, como si los hombres cada vez fueran menos, una vez más mi suerte me estaba jugando sucio, hombres caían, igual que mujeres y ancianos, la mayoría de ellos, convertidos en walkers. Mientras que cada vez las bajas eran más, mi corazón de madre, me informaba de algo que no lograba comprender, cada segundo, con cada disparo, bajaba mi cabeza para asegurarme de que mi hijo seguí allí, así era, me reconfortaba, verlo, saber que luchaba por mantenerlo a salvo.
-Bella –grito María, mientras disparaba y me salvaba de un Walker hambriento. Se poso a mi lado y disparo conmigo.
-Son muchos –dije mientras capturaba municiones y las colocaba en mi arma –Jamás podremos.
-Bella, no perderemos nuestro hogar, no de nuevo –murmuro mientras disparaba con ferocidad.
Sentí un frio penetrar en mis piernas, baje la mirada y Christopher se había alejado.
-Chris –grite pero no escuche respuesta –lo vi acercarse a un Walker, un hombre obeso, corrí hacia él, sin dejar de mirar lo que sucedía. Mi niño acerco su mano al ser, que sin cambio aparente se quería lanzar sobre el ¡NO! –Grite –Y me interpuse entre él y los dientes putrefactos del Walker, sentí como arrancaba parte de mi hombro, gire mi rostro – matas o mueres o mueres y matas –susurre mientras disparaba con intensidad a aquel ser repugnante –Nos vemos en el infierno –masculla y tome a mi hijo en brazos, mientras que un dolor intenso se apoderaba de mi.
-¿Todo bien? –pregunto María al verme.
-Todo bien –dije mintiendo, mientras que disparaba a los pocos que quedaban, al terminar, rápidamente los apilamos tras la reja, el olor de estos, aunque molesto, nos ayudaría bastante, levantamos la reja. Entregue a Chris en los brazos de María, solo en ella confiaba en este momento, habíamos perdido bastantes hombres, pero aun en pie, quedábamos algunos.
-Bella –grito Zayn corriendo a mi lado –Tienes sangre –interfirió mirándome. Baje la mirada.
-Solo es de los walkers –dije fría.
-Bella, por favor –mascullo.
-No es nada –retrocedí unos pasos.
-Amor…
-Zayn –comencé –Yo lo siento, pero no podía dejar que algo le pasara a nuestro hijo.
-Pero… -sin más que decir, asintió –aun podemos hacer algo.
-No, ya no hay nada que hacer –dije sin querer ser pesimista. Mientras descubría mi hombro y lo dejaba a vista de todos.
-Dios –gimió viéndome, la herida era profunda, dolía como mil demonios y el lugar no era el mejor.
-Supongo que debo morir –me queje en tono jocoso.
-Claro que no, si Christopher es el elegido, solo bastara con unos cuantos cambios para que regreses.
ESTÁS LEYENDO
La Profecía |Zayn Malik|en edición
Fanfiction«El mundo comenzó sin el hombre y terminará sin él» En un mundo sumido en las tinieblas alguien tiene que traer un poco de luz... la luz de un niño con su pureza y su inocencia será suficiente para reparar los estragos que el mismo hombre creo.