el inicio del mal

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El origen del mal.

La iglesia es un lugar sagrado. Al entrar, todo pecado queda curado con la bendición de Dios. Tu mente estará tranquila, nada la atormentará, tan solo debes pagar la penitencia del pecado cometido y quedará borrado.

Kira Yoshikage, un padre que ama su trabajo: dedicarse a Dios, a ese ser tan bondadoso que ayuda a las personas. Darle su vida y su castidad lo es todo para él, nada podria a ser que cambie su opinión, o eso creía...

Yosikage inició su labor de sacerdote cuando tenía 20 años, y no porque amara a Dios, si no por un pecado cometido. Uno sin perdón. Y la única forma de ser perdonado era entregando su vida a la santa Iglesia. Y así, entró en el oscuro mundo de Dios.

Kira es de origen japonés, pero radica en Italia. El obispo lo traslado a Palermo, ya que el atiguo padre se había suicidado en la capilla, así que no le quedó otra opción mas que vivir en Palermo, y transcurrido un tiempo Kira se instaló en la hermosa iglesia. Además, tuvo que aprender la lengua para poder oficiar la misa. Todo era normal, los feligreses visitaban seguido la iglesia, decían que el nuevo padre trasmitia paz y daba muy buena impresión, lo que no sabian es que debajo de la sotana habia un hombre despiadado, malvado y cruel que arrastraba la cruz del pecado...

Al caer la noche todo cambiaba. Kira tenia un horario específico para todo, dormia a las 8:00 pm y rezaba desde las 6:30 pm para pagar la penitencia. Llegada la hora de dormir, su mente solo reproducia aquella imagen maldita, a quien fuese su pareja en su adolecencia: Kosaku Kawajiri, al cual asesinó sin piedad ni razón alguna, y todas las noches lo recuerda encerrado en esa capilla en total castidad, sin nada más Dios de compañía en total oscuridad.

Dicen que existe un demonio muy poderoso, príncipe del 2do circulo del infierno: El circulo de los lujuriosos, y que comanda un ejército de demonios que seducen y corrompen a los débiles para satisfacerse en ellos, para así arrastrar su alma al circulo donde pagarán la condena del pecado en fuego ardiente y dolor. Entre esos seres se encontraba Solido Naso, mejor conocido como Diavolo, un ser imponente, viril y fornido, con una imagen capaz de atraer a cualquiera y arrastrarlo con él a donde sea que vaya, y Kira iba a ser su nueva víctima.

Diavolo, Leone, Dio, Giorno, y Narancia tomaban rumbo a Palermo, ya que la noticia del nuevo cura y los nuevos monaguillos era tentadora. Se habían repartido a las presas de modo que Diavolo se encargaría de enamorar a Kira. Leone al joven Bruno, un monaguillo. Narancia al adinerado Pannacota. Y por último, Dio separaría a Jonathan Joestar de su esposa Erina. Todo estaba listo, en sus manos llevaban un anillo y una copia del mismo, por lo que al tener a la presa le colocarían el anillo, atándolos a ellos, al tormento del placer y la culpa del tan delicioso placer...

Kira todas las noches sueña con Kosaku, su más grande amor. Aquel que le enseñó lo que es el verdadero placer, ese que lo tiene atado a la culpa por el resto de su vida. En su sueños lo ve en la esquina de la habitación, observándolo con odio y tristeza. ¿A caso el amor dolía tanto o acaso debía morir por amor? Jamás habría respuesta puesto que kosaku era su tormento, a menos que explicara el porqué de su acción.

Yoshikage había pasado la mayoria de su vida al servicio de aquel Dios que, a cambio de rezos e hipocresía, le decía que iba a alcanzar el cielo, pero la verdad era que jamas lo lograría. Él jamás encontrará la verdad ni la luz, rechazado será, como lo es Adán.

Durante una mañana en el pueblo de Morioh, dos amantes se entregaban en cuerpo y alma, parecía ser un amor de ensueño, hasta que... Kira tomó un cuchillo y se acercó a Kosaku mientras este dormía plácidamente en la cama de Yoshikage. Y en un movimiento rápido lo apuñaló con suma violencia.

La sangre salpicaba su rostro, y en Kira se dibujó una sonrisa mientras que los ojos de Kosaku poco a poco se apagaban. El rubio, no contento, le arrancó la cara al cadaver y se la colocó por encima de su rostro. También le cortó las manos para conservarlas.

La razón por la que Kira había asesinado a su amante era que la esposa de Kosaku, Shinobu, estaba embarazada y nunca le dijo nada.

Tomó el cadaver, lo subió a su carro y lo dejó lo mas lejos de Morioh que pudo. Antes de abandonar el cuerpo, le dio un beso en los labios ya inexistentes, y se marchó para jamás volver.

Rápidamente salió de su casa y borró todo rastro que demostrara que ese hombre había estado ahí. Salió directo al seminario para iniciarse como monaguillo y, si tenia suerte y resistencia, se lograría convertir en padre.

Y así, pasado varios años, fue que llegó a Palermo para ser el padre de planta de esa bonita iglesia, y pagar por el pecado más bello cometido.

Diavolo había investigado todo de Kira y lo tenía más que embobado, le fascinaba el rubio, y sea como sea sería suyo, solo suyo. El saber que era capaz de matarle en cualquier momento, hacía que su mente volara. El saber que si comete algún error el estará a su lado con cuchillo listo para matarlo mientras lo besa. Magnífico, bello y excitante. Con eso en mente, se dirigió a Palermo con sus colegas para llevar pecado a ese lugar santo.

Kira preparó todo para la misa de las 7:00 am, el vino, la santa biblia, los cánticos y alabanzas, todo sus monaguillos estaban a un lado de el, el joven Bruno Buccellati y Guido Mista, aunque este último estaba ahí por obligación. Su abuela lo había mandado a estar de ayundate por su mal comportamiento en Nápoles, y ella pensaba que esas malas amistades que tenían corrompían a Mista.

En las bancas principales se encontraba la familia Fugo, y atras de ellos se hallaba
Diavolo, totalmente vestido de negro observando los finos rasgos de Kira. Mientras tanto, Leone veia a Bruno con ternura, se veia tan sexy vestido así a pesar de tener 20 años.

Dio estaba sentado cerca de la familia Joestar, viendo a su objetivo, Jonathan, ese hombre tan viril, fornido, de duros rasgos. A su lado estaba Erina, por lo cual, al verla Dio hizo una mueca de asco.

Y por último, Giorno, el hijo mayor de Dio, observaba a Mista, quien le sonrió y guiñó el ojo, quizá pensando que era una señorita, pero qué equivocado estaba.

La misa comenzó y los feligreses se levantaron de sus bancas. La pesada mirada de Diavolo se clavó en Kira, y el rubio sabía muy bien que le observaba con insistencia. La misa transcurría, pero el padre estaba nervioso, pues los ojos tan extraños de aquel hombre con cabello rosa lo tenían distraído.

-Alabado sea el señor y su espíritu. En el nombre del padre, del hijo, y del espíritu santo, amén. Pueden irse en paz, la misa ha terminado -Kira dio por terminada la misa, así que muchos besaron su mano a modo de despedida. Diavolo, aprovechando eso, se acercó para besarle la mano.

-Padre... Es un placer conocerle. Vine hasta Palermo para conocerle, pues se habla mucho de usted -decía con gracia y elegancia. Kira se sonrojó ligeramente, y el beso en su mano hizo que se estremeciera, recordando solo por un momento a Kosaku...






.que onda banda le traemos esta pequeña historia yo y yesyoto
Espero la disfruten grasias por votar y no olviden también apoyar ami pana besitos

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