Prologo

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Bueno antes que nada quiero decirles que espero les guste esta nueva propuesta! Voy a terminar las otras novelas no me maten ya pronto actualizaré jajaja! Se viene fuerte y divertido, así que ya saben déjenme en comentarios !que les parece este inicio! ¿Raquel hizo lo correcto? Gracias por leer, los QUiERO
A.🪐✨

"A veces entre más eternos queremos ser para alguien, más fugaces nos volvemos"
                                           -Hector Carranza A.

Ya no había ruido, no había voces ni gritos, no había fusiles ni balas, no había helicópteros ni medios de comunicación trasmitiendo las veinticuatro horas, no había oro ni Plata, ni caretas de Dalí ni monos rojos. Ya no había resistencia. No había nada más que silencio ensordecedor.

Eso, mezclado con olor a tabaco barato y el goteo constante del techo sin arreglar de aquel viejo galpón, podían volver loco a cualquiera.

Raquel no podía moverse, no tenía fuerza ni tampoco ganas de hacerlo. Revoleó los ojos en cuento vio entrar a Alicia Sierras por aquella puerta y prefirió estar muerta en aquel instante, sabiendo lo que se vendría a continuación.

BANCO DE ESPAÑA 10 HORAS ANTES DE LA HORA FINAL.

El clima de tensión que se respiraba allí dentro era insoportable, El Oro ya fundido y todos con una alteración en su sistema nervioso de 200%.

Solo esperaban las indicaciones del profesor que desde fuera solo debía activar el plan Ginebra para sacarlos de allí como los héroes que fueron para la opinión pública.

La pérdida de Raquel solo hizo que el profesor se llenara de sed de venganza y quisiera entrar a la carpa para matar con sus propias manos, pero aún así, allí dentro de ese agujero estaba su familia y él los sacaría con vida así sea lo última que hiciese.

Pero todo cambio cuando la llamada de Alicia Sierra impregnó el Banco de España como una anestesia local en todos aquellos seres que no sabían qué ocurría afuera.

-Ya era hora, la estábamos extrañado Che- la típica sorna de Palermo al teléfono hizo que la Inspectora Sierra pasara la mano por su cabeza, teniendo un gran dejo de adrenalina por hablar con ellos y llegar al punto que más le gustaba, la negociación.

Pero en lugar de escuchar hablar a Alicia, escucharon la voz de Raquel. O mejor dicho de Lisboa para ellos. Todos se miraron atónitos sin saber que hacer. No estaba muerta cómo creían y eso era muy reconfortante pero, aún así habia un problema mayor y era que ella estaba en manos de Alicia sierra. De todos modos eso no era lo que Alicia quería, más bien todo lo contrario. Quería que Raquel se incorpore al banco con su banda. Ella tenía todo planeado en su cabeza como un puto rompecabezas y todo comenzaba a encajar.

Alicia supo que no iban a tardar en rastrear el galpón donde tenían a Raquel privada de su libertad, Alicia solamente quería que la encuentren es por ello, que la llevó allí y no la dejaron en la carpa con todo el cuerpo de policías.

Solo tardaron dos horas con treinta y seis minutos para rastrear a Raquel, estaba en Madrid en un galpón que de afuera tenía una fachada diferente.
Raquel levantó la cabeza y vio a Marsella frente a ella, con las pocas energías que le quedaban cerró los ojos con fuerza, pensando en todo lo que vendría a continuación.

BANCO DE ESPAÑA 6 HORAS ANTES DE LA HORA FINAL.

-LISBOA ESTÁ CON NOSOTROS PROFESOR.- fueron las palabras que golpearon el corazón de Sergio y le dieron aire a sus pulmones.

Lisboa estaba herida, con la mirada perdida pero aún así intentaba ser fuerte por ella y por todos las personas de esa banda que eran una familia para Sergio. "ay Sergio amor mío" fue lo último en lo que pensó Raquel antes de dormir las pocas horas que quedaban.

Ya estaba todo listo para  la retirada y los rehenes estaban a punto de salir del banco, era el momento Justo para irse por los techos de aquel banco.

Con la inteligencia del profesor y toda la locura de aquellos chicos lograron salir sin que nada sucediera. El operativo policial que se estaba montando era inmenso. Empezaron a perseguir la avioneta por los aires cuando de manera brutal la vieron estrellarse en una llamarada increíble que para los ojos de cualquier persona, era una muerte asegurada.

Lo que Sergio llamaría Ilusión óptica, podría decirse que eran unos malditos magos que lograron engañar a los ojos de la fuerza nacional sus muertes. Pero, todos ellos estaban manejándose por tierra en una pequeña camioneta que los albergaba con una euforia que rebasaba sus cuerpos. Pero allí, en el fondo, Lisboa seguía perdida, seguía dolida y sin saber lo que realmente sucedería después.

Las horas pasaron hasta que llegaron a una pequeña cabaña alejada de la cuidad, una ciudad fantasma que sería el lugar perfecto para quedarse unas horas, hasta que cada uno tome un rumbo distinto.

Todos bajaron del vehículo y empezaron a recorrer la cabaña como si fuese el mejor lugar del mundo. Se bañaron y se alimentaron para luego poder esperar las nuevas instrucciones del profesor.

Cómo era de esperarse volvieron a dividirse en grupos, todos y cada uno de ellos no podían creer que seguían con vida. Con sus pasaportes falsos y dinero de sobra, decidieron despedirse y empezar a salir de allí para permanecer en España el menor tiempo posible y perderse en algún país sin nombre ni ubicación.

Marsella y Raquel eran los únicos que quedaban en la casa. Sergio todavía no se había percibo y Raquel estaba tan nerviosa que no podía parar de moverse de un lado a otro, ni dejar de fumar.
Había tomado una baño de relajación y intentado dormir aunque sin éxito alguno, algunas horas hasta que él llegue por allí, la única comunicación que habían tenido había sido hace algunas horas para designar los nuevos destinos de la banda, para estas alturas la mayoría ya estarían camino a sus nuevos destinos y eso la tranquilizaba, al menos ellos podrían empezar de cero.

Como por arte de magia la puerta se abrió y él apareció. Sucio, cansado y nervioso, hasta que su mirada se conectó con la de Raquel y ambos se abrazaron y besaron como si nadie podría romper su burbuja.

-Raquel- Sergio tocó su rostro y cada una de sus facciones- estás viva.- La abrazó contra su pecho y sintió que no necesitaba nada más que ella para volver a empezar, todo había salido como lo planearon y al fin todos tendrían una vida larga y tranquila. ¿O no?

-Te amo mucho.- Raquel comenzó a llorar en el pecho de Sergio.- Por favor nunca lo olvides, nunca. No era mentira cuando dije que estaba contigo Sergio.- Él la miró extrañado.

El celular de Sergio sonó

-¿Marsella qué pasa? ¿Cómo?- Sergio se acercó a una pequeña ventana y no tuvo tiempo a reacción.- Debemos irnos ya, Marsella me dijo que nos encontramos. Joder.

Raquel no podía moverse, no tenía las capacidades para hacerlo y sentía como Sergio le decía "Raquel, vámonos, Raquel".

-Perdóname, por favor, perdóname.- y Raquel dejó caer el pequeño dispositivo de su mano. Y Sergio la miró a los ojos.

"Sabes quién cambia de bando en las guerras los traidores" "que te va a traicionar, que te va a traicionar a ti como les traicionó a ellos" "¿estás insinuando que la mujer de mi vida me va a traicionar? No lo estoy insinuando lo estoy dando por hecho"

Y con esas palabras en la cabeza, Sergio volvió a ver a Raquel a la cara, ambos con lágrimas en los ojos.

-Raquel...- y el ruido de la puerta los sobresaltó y ya no hubo tiempo para nada más, Sergio fue capturado tan rápido que Raquel no pudo siquiera pestañear.

-Lo hiciste muy bien inspectora.- fueron las últimas palabras de Alicia antes de llevarse a ambos. Solo que Sergio pasaría lo que resta de su vida en la carcel y Raquel gozaría de su libertad y la de su madre y su hija. Una negociación por otra. Con la cabeza del atracador al mando en manos de la policía, no seria difícil llegar a los demás.

Raquel estaba desecha había cometido el peor error de su vida pero no podía arrepentirse ahora ya era demandó tarde y esa tarde fue la última vez que volvió a verlo.

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