Capítulo 2: La Otra Cara de la Moneda

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Alba

-”Bien, fijados lo términos de la cacería de este siglo, se levanta la junta, pueden retirarse” dijo el mediador de la reunión, que en este caso no era ni más ni menos que el célebre Mexdus, quién será el asistente personal del próximo Rey Demonio y guardián del castillo que deberá habitar. 
Seguido a eso se dirigió a Eros, mi primo y asistente personal, y a mí.
-”¿Cómo se encuentra señorita Albafika?” dijo haciendo una leve reverencia. 
-”Ese vestido le siente tan bien como siempre” continuó.
-”Muy bien, Mexdus, gracias por el cumplido. Usted también luce bien su clásico traje rojo” dije conteniéndome. La realidad es que su traje rojo sangre combina con su barba en forma de candado y sus cejas rojas, pero tira por la borda todo su estilo al usar ese sombrero de copa amarillo, me disgusta. 
-”Esperemos que este sea el siglo en que un héroe se alce con las doce Gendam y al fin tengamos un Rey Demonio después de tantos siglos con el trono vacío juntando polvo, ya deseo tener un amo a quién servir, y no me molestaría en lo más mínimo que ese amo fuera usted señorita Albafika” dijo sonriendo de oreja a oreja.
En ese momento interrumpió Eros y me salvó de seguir con esa horrible y peligrosa conversación, 
-”Cuando ocupe el trono se lo agradeceré” pensé
-”Di-disculpe señor Mexdus, pero debemos retirarnos, por decisión de nuestra casa la señorita Alba deberá empezar la búsqueda de su patrocinado de inmediato” dijo un poco nervioso, ya que era su primera vez en este tipo de reuniones.
-”No, por favor, disculpenme a mí por haberles quitado algo de su tiempo. Adiós Eros, adiós señorita Albafika, que tengan un buen día” dijo, se inclinó a modo de despedida y despareció dejando una neblina roja en su lugar.
-”Haaa…” suspiré en voz alta
-”Gracias Eros, esta vez me salvaste. Aunque eso no tapa mi enojo debido a que viniste con tu jean color negro y tu remera de los Red Hot Chili Peppers cuando te dije explicitamente que vengas de traje, tonto” finalicé y lo golpeé en la cabeza.
-”Lo siento prima, lo intenté, pero simplemente no me llevo bien con la ropa formal, este es mi verdadero estilo” dijo mientras sus ojos amarillos brillaban y movía la trenza que tenía en su negro pelo.
-”Está bien, como si me importara lo que piensan las otras casas de nosotros. Mejor empiezo a buscar a mi patrocinado sin perder tiempo, ¿La casa envió alguna recomendación, Eros?” dije preparada para una respuesta de lo más absurda.
-”Sí prima, el anciano recomendó cambiar el lugar de búsqueda ya que no fue fértil de héroes que sirvan en los últimos siglos. En esta ocasión recomendó que vayas a otro mundo, a uno en que sólo hay humanos como formas de vida inteligente, éstas son sus coordenadas” dijo cual robot preconfigurado.
-”Genial, entonces voy a probar suerte ahí, hace siglos que el anciano no hace recomendaciones y la última vez que lo hizo estuvimos bastante cerca” dije tomando la tabla con las coordenadas.
-”Vuelve a casa Eros, volveré en cuanto pueda encontrar un sujeto apto para ser patrocinado por el clan Dier Shoux” dije firmemente 
Acto seguido, Eros chasqueó sus dedos y desapareció sin más. En ese momento se me acerca Lotharius, el representante de la casa Asbaraeth, y también, mi mejor amigo.
-”¿Ya te vas Alba? ¿No te quedás para hablar un rato? Hace unos cuantos años que no nos vemos” dijo tan alegre como siempre.
Loth venía vestido con un traje de color blanco con detalles en violeta, su pelo rubio corto todo despeinado, para variar, que hacen juego con el amarillo ferviente de sus ojos.
-”Perdón Loth, vos mejor que nadie sabés que si no me voy a buscar un patrocinado ahora, el anciano me va a torturar hasta la próxima cacería, más después de haber quedado última el siglo pasado” dije rápido y esbozando una sonrisa.
Loth suspiró largamente y finalmente dijo.
-”Está bien, encontralo rápido y vení a tomar un té con tu viejo amigo, no te va a hacer mal” dijo levantándome el pulgar y guiñando su ojo izquierdo.
-”Gracias Loth, prometido. Esperame con el té que me gusta” dije sonriendo y chasqueé los dedos.

Ya no estaba en la sala de reuniones del palacio demoníaco, me encontraba en ese mundo donde me envió el anciano.
-”¿Qué habrá visto el anciano en este mundo para enviarme hasta acá?” pensé enseguida.
Ni siquiera entiendo porque tengo que participar de nuevo en la carrera por el trono, ya fallé varios siglos y aún así la casa volvió a elegirme a mi como su representante y de forma unánime. Realmente no sé si confían en mí o sólo son vagos que no quieren tener que trabajar ellos, pero bueno, repasemos todo para asegurarme que no me olvido de nada.

AnawondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora