Bell esquivaba, golpeaba y mataba lo más que podía, pero los mounstros a su alrededor parecían interminables, Hestia vió con sus propios ojos la valentía de su hijo, cada golpe, rasguño y herida recibida en pos de protegerla, fue en ese momento, en el que su hijo se mantenía apenas en pié, el brilló en sus ojos, tan vivos, tan llenos de voluntad, que recordó lo que estuvo haciendo durante los últimos días, ahora lamentaba haber dejado de lado el regalo que había preparado para el.
-Bell-kun! Por favor escúchame, abre el paquete en tu espalda, es la única for-Hestia no pudo seguir hablando, sus ojos se abrieron con horror cuando comprendió lo que pasó.
Bell la había lanzado detrás suyo para parar un golpe de un Silverback, consiguió parar el golpe, pero su brazo izquierdo había pagado el precio, se había roto y colgaba inerte.
-Miserable...-Dijo Bell mientras reía levemente en un vano intento de ignorar el dolor en su brazo, retrocedió unos pasos y tomó a Hestia con su brazo derecho y corrió contra una de las paredes de las muchas viviendas alrededor de la plaza, ignorando su instinto y suprimiendo lo más que pudo el dolor que iba a sentir, se estrelló con fuerza contra la pared con su hombro izquierdo mientras giraba su cuerpo para que ni un pequeño pedazo de la pared molestará a su diosa, atravesó la sala ante la atontada mirada de la pareja que estaba ahí, no los miró y decidió ignorar como segundos después gritaron de dolor cuando los mounstros se les abalanzaron con hambre, siguió corriendo y atravesó la ventana para salir a un callejón para seguir corriendo, vio un momento hacía su pecho y vio a su diosa llorando, la situación la había superado, gruñendo mientras apretaba los dientes, forzó sus bobinas de mana por todo su cuerpo, daba igual el costó, no dejaría que su diosa ascendiera al cielo por una herida.
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.-Sin duda es increíble ¿No te parece?-
-Si... Sin duda lo es, ¿Es el indicado?-
-Supongo que si, su voluntad es fuerte, la forma en la que antepone a su diosa lo demuestra, no dudo en sacrificar su cuerpo, ya incluso no le importan los daños colaterales-
-Esta decidido entonces...-
Sobre uno de los techos del distrito, el par de encapuchados hablaban con tranquilidad sobre Bell, cuando lo perdieron de vista, ambos se dejaron caer sobre la plaza y recogieron las piedras mágicas tiradas en el suelo, si sobrevivía al final del día, serían suyas.
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.Habían conseguido perder a los mounstros, aún que sabía que no por mucho tiempo, Bell había encontrado un camino secreto de milagro, necesitaba un descansó, sentándose contra una pared, soltó un gran suspiró, estaba herido, cansado y agotado mentalmente, acarició el pelo de su diosa con cariño, había conseguido mantenerla a salvo, el saber eso le dio paz a su cansada menté.
-Bell-kun...-Susurro Hestia mientras veía el mal estado de Bell, con lágrimas cayendo de sus ojos, simplemente balbuceaba palabras sin sentido, por qué todo terminaba así, se suponía que iba a ser un día especial, estábamos teniendo una cita improvisada, entonces por qué, POR QUE su hijo estaba así.
Bell, al ver cómo su diosa temblaba y lloraba, lo único que pudo hacer fue abrazarla con su único brazo bueno y besarle la frente.
-Tranquila Hestia-Sama, saldremos de está juntos-Dijo Bell con una leve sonrisa.
Hestia no pudo hacer otra cosa que sonreír, no podía evitarlo, a pesar de todo, su hijo sonreía por ella.
-Ahora dígame, que hay en ese paquete- Dijo Bell mientras miraba el paquete gigante, era largó, sin dudas si lo paraba, era incluso más alto que el y además era pesado.
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Mi lugar en el mundo
FanfictionDescargo de responsabilidad todas las cosas que están en esta historia no me pertenece todos los creditos a sus respectivos creadores excepto lo que yo cree.