(Un día sin luz)
Abrimos nuestros ojos y nos encontramos en un negro agujero. Lleno de temores, expectativas y mucha soledad. Recargamos nuestra pesada cabeza llena de motivos y lamentos, recogemos nuestras perezosas piernas que se oponen a colaborar con la dolorosa causa. Nuestro tronco parece no responder a la alerta del cerebro y es ahí, justo en ese instante en el que todo parece desmoronarse sobre cada hilo de cabello. Pedazo a pedazo de nuestra vida, nuestros sueños y nuestros anhelos. Levantamos nuestra cabeza y nos obligamos a cerrar los ojos para hacer caso omiso a la hiriente realidad, pero nos es imposible, ellos quieren presenciar la famosa obra maestra; el fracaso. Fragmentos de recuerdos caen en nuestro costado iluminados permanentemente por el fuego de nuestros impuros pensamientos y malos deseos acusando con terminar por fin con el sufrimiento. Sin remedio, tiramos frenéticamente de nuestros alborotado cabello intentando disipar las consecuencias de este inesperado ataque, intentando aliviar el persistente temor, pero más que innecesario, es penoso. Los gritos parecen hacer eco y devolverse a nuestro cuerpo con la misma fuerza con la que salen, lo que solo indica una cosa; estamos solos. Las lagrimas empiezan a brotar por nuestra desaliñada cara y arden, arden de tal manera que se sienten como hoyos en nuestro rostro; caen al suelo y parece formarse un charco que crece en cuestión de segundos. El agua de nuestros ojos termina por formar una honda piscina que parece reconfortante y nos hace perder en su vigorosidad. Sube de manera constante y sin aviso. Mientras nos dejamos llevar por su frescor que terminar por llenarnos completamente. Se siente sublime, majestuoso, incomparable. Nos sumergimos en su danza y sin una previa notificación, se corta nuestra respiración. No luchamos con ella y su inevitable destino, nos lleva y terminamos por convertirnos uno... Hay una luz en la superficie indicándonos la salida, pero tarde, demasiado tarde. Ya me he perdido y no creo poder volver a encontrarme.
-Val's.
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DEBO PODER PERDERME PARA PODER ENCONTRARME.
PoetryMucho más allá de lo que podemos ver, está aquello que a través de eso podemos sentir. Dejarse llevar influye una gran descarga de emociones, vívelas conmigo.