Lix esperó aquella semana de manera paciente. No apresuraba a la morena a curarse, pero necesitaba hablar con su hermana menor y aclarar la situación.
—¿Diga?—. Atendió su celular, prendiendo el cigarrillo y colocando su brazo izquierdo en la ventana de su auto, observando el espejo retrovisor cada segundos.
—Lix, tu padre está en emergencias otra vez—. La pelinegra rodó los ojos. Era la décima vez que escuchaba a su amigo decirle aquellas cosas del mayor encarcelado. Solía pelearse con el violador de su madre o con otros sólo por capricho, para desquitar su furia. Estaba enojado con ella por haberle negado su venganza, era de esperarse.
—¿Y qué quieres que haga? Si quiere morir a los golpes, déjalo. No es como si tuviera una vida por delante...
—Lixxy, es tu pa-
—Adiós, Lance—. Cortó la llamada, tomando una calada de su cigarrillo. Escuchó el timbre resonar a lo lejos, a lo que decidió salir del auto.
Llegando a la entrada, pudo ver a la adolescente rubia salir con un pequeño grupo de amigos de entre todos los estudiantes. Se quitó los lentes, recibiendo la atención de la misma. Sonrió con simpatía, la nostalgia la invadió y sus ojos se aguaron levemente.
<<Creciste tanto, Miel...>>
—Siento que te conozco...—dijo Bee una vez quedó frente a la mayor. Saludó a sus amigos y a Nahomi le indicó que la espere unos minutos adentro, que ya marcharían.
—Porque así es...—respondió, notando que su fría voz había cambiado por primera vez desde que su madre murió. Melsy frunció el ceño, sonriendo en grande. Buscaba en todos sus recuerdos a la pelinegra con ojos rojizos, pero no encontraba el punto. Hasta que recayó en un detalle muy importante.
—Te pareces mucho a mamá...
—Soy Lix—tendió su mano, recibiendo la de la menor en un apretón—. Soy tu hermana mayor, linda—. El rostro de Melsy se iluminó en sorpresa y confusión, soltando la mano de la pelinegra.
—No sabía que-
—Lo sé, Miel—. Bee sintió, por segunda vez en su vida, aquella jaqueca insoportable y repentina instalarse en su cabeza, reproduciendo fragmentos de memorias—. ¿Melsy? ¿Estás bien?—. se agachó en el pavimento, sosteniendo su cabeza, sintiendo que en algún momento explotaría. En minutos, Nahomi fue corriendo al escuchar a la pelinegra gritar el nombre de su amiga.
—¿Mel? Hey, está bien. Respira—. Se acuclilló a la altura de la rubia, sobando sus brazos y su espalda para hacerle saber su presencia y apoyo.
—Ya... E-Estoy bien...—recobró su postura con la ayuda de la más grande, observando a su hermana mayor.
—¿Qué recordaste?—. Lix observaba la pequeña conversación entre las dos jóvenes, prestando suma atención a lo que acababa de pasar.
—A mi mamá... Recordé una canción... algunos fragmentos de papá...—. La pelinegra pasó saliva—. Una discusión... No mucho en realidad—. Sobaba su cabeza con una mueca de dolor, algo desilusionada.
—Lamento interrumpir—soltó Nahomi, observando a las relativas—. Tenía que—. Se dirigió a Melsy—. Avísame para irnos, le dije a tu mamá que estabas hablando con una profesora.
—Gracias—. Le envió un beso al aire y volvió la mirada a la mayor, quien estaba orgullosa de la vida que había creado su hermanita.
—Sólo quería darte algunas cosas que eran de mamá. Algunas son tuyas, también—. Los ojitos esmeralda brillaron ante aquellas palabras—. Perdona que aparezca de esta forma... Perdona que me haya ido...—. Lix sintió la culpa caer en sus hombros, pero unos brazos alrededor de su cintura le abrieron los ojos.
—Está bien. Seguro no querías admitir la muerte de mamá, pero es normal—. Lix sintió lágrimas escapando de sus ojos, a lo que las limpió de manera fugaz—. ¿Puedo presentarte a mis mamás? Ellas podrían-
—No, linda—la frenó, recibiendo una mirada confusa de parte de la menor—. Tus mamás ya me conocen, por eso estamos hablando ahora, en esta situación.
—No les caes bien ¿verdad?
—Hice cosas de las que me arrepiento mucho, Miel. Cosas que...—recordó el pequeño episodio de la menor hace unos segundos, por lo que cambió sus palabras para evitarlo—. Cosas que alguien rencoroso me obligó a hacer.
—Oh... Pues... No quiero perder contacto contigo. Me acabo de enterar que tengo una hermana mayor... ¿Cuántos años tienes?
—29 años, linda.
—Tienes la misma edad que mamá Adora—. Rió levemente, a lo que Lix sonrió y acarició su cabello.
—Te daré mi número de celular, ¿bien? Podrás contactarme cuando quieras, cuando necesites algo. Sólo llama que estaré para ti.
—¿Estás aquí, en Virginia?—La pelinegra asintió—. ¿Puedo ir a visitarte? Puedo pedirle ayuda a Nahomi, o a alguno de mis amigos para ir contigo.
—No creo que sea buena idea mentirle a tus mamás. Podría apostar que nunca lo has hecho—. La rubia se sonrojó levemente, haciendo un puchero con sus labios y desviando la mirada al suelo—. Escucha, ya tendremos tiempo de encontrarnos más adelante, tú sólo continúa con tu vida. Ten—. Le ofreció su tarjeta profesional—. Ya te dije, cuando quieras, cuando sea. Si tienes interés por nuestro lazo sanguíneo, investiga—. Soltó al notar el leve deje de desconfianza en la menor—. No te estoy mintiendo. Incluso el mismo encargado del cementerio me ve casi todos los días en la tumba de Noelia—. Melsy sintió sus ojos aguados al escuchar su nombre. Extrañaba saber que podría haber tenido una vida con ella, pero se sentía de la misma manera en cuanto a una hipócrita. Nació de ella, pero nunca escuchó su voz, nunca la vio en persona, no tenía la empatía de una pérdida, no como la mayor frente a ella.
—Está bien...—. Sin decir nada más, se despidieron con un abrazo y un beso en la mejilla.
Bee estuvo todo el camino hablando con su mejor amiga sobre sus inseguridades, recibiendo consejos sobre qué hacer y más.
—Siendo sincera, estuve espiando a través del vidrio, ¿sabes?—. Melsy rió, esquivando la piedra de la calle con su bicicleta—. Tenía miedo de que te secuestren o algo.
—Podía verte, no eras muy disimulada—. Nahomi bufó y desvió el rostro sonrojada—. Gracias, Nami.
—De nada, idiota.
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(¿Hate?) Love [Catradora]
FanfictionAdora, Catra y Melsy viven juntas como una familia ♥ Melsy comienza a llevar por delante los problemas de una adolescente, mientras que Catra y Adora se esfuerzan por establecerse de manera fija en Virginia, la ciudad donde la rubia se crió desde pe...