Capítulo 12

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Estábamos en una mesa que le dieron aun sin tener reservación en un lugar, que yo sabía era bastante distinguido. Pero fue Olivia la que me dijo que se la dieron, por reconocerme como la prometida de Kurn. Fue la mujer, quien insistió en que pediría algo que sabía me iba a gustar, pero entre más tiempo pasaba, mas misteriosa me parecía la dama.

—¿Qué tal te llevas con Maissa? —preguntó la mujer.

La actitud de Aysel, la dama que había pagado por esa cena me tenía nerviosa. La primera alerta recibida de mi cuerpo, fue cuando empezó a hacer preguntas sobre Kurn y su madre. La segunda acaba de suceder llamó a la madre jefe y supuesto prometido, Maissa.

—Lo siento, pero no se a quien se refiere —mentí.

Sabía que ese era el primer nombre de la mamá de Kurn y que cambió años después cuando su hijo empezó a tejer su fortuna. Según me dijo, no quería que asociaran a su madre, con la chica cuya humillación la llevó casi al borde del suicidio.

La señora, quien ya me había dicho tenía 65 años me observó unos instantes. De nuevo mi facilidad de mentir me había sacado de un apuro y mi memoria, empezaba aclararse.

Akram, ese era el nombre del hombre que había violentado a la madre de Kurn y el nombre que ella le puso a su hijo, esperando que su padre en algún momento lo reconociera como hijo, algo que nunca ocurrió. El rostro de la mujer se suavizó y empezó a reír súbitamente.

—Cariño, es mi mente la que me traicionó, preguntó por la madre de Kurn... ¿Cómo es su nombre? —fue mi turno de escudriñar su mirada, quería sacarme información sobre Kurn o su madre.

—Aún no he tenido el honor de conocerla, — dije escueta —seguramente, Kurn heredó de ella la astucia para los negocios.

Este último comentario no pareció agradarle, pues en su rostro se dibujó el gesto de fastidio. ¿Era posible que fuera familia de ese miserable? Y de ser así, ¿Cómo se atrevía a acercarse a él? O a creer a la señora Maya poca cosa.

—Es de origen humilde, hasta donde sé, no creo que sea distinguida. No puede desechar, a su padre quizás de sus genes provenga todo...

—Difiero mucho de usted, sobre si es o no distinguida, los buenos modales no tienen nada que ver con el dinero o la sangre azul. En cuanto a su padre, tiene usted razón, —confesé y la vi reír, risa que le demoraría poco —Kurn Tomasevic padre, le enseñó el trabajo honrado desde pequeño...

—¿Sabe usted que él no es el padre biológico? —su pregunta me hizo verla y dejar a un lado mis cubiertos.

—Sé que padre no es aquel que da la semilla... Es el que educa y está allí en los llantos nocturnos, te guía y te reprende, el que da amor—dejó de comer para observarme y le sonreí — El "donante" como bien lo llama Kurn, no fue más que un cobarde.

—No debería hablar de lo que no sabe ella no fue tan inocente —defendía hermano.

Sin embargo, desde mi perspectiva, defendía lo indefendible, el tipo era un miserable en todo el sentido de la palabra.

—Se lo suficiente, — aclaré — ella 14 y él 32, la historia se cuenta sola —me levanté, pues era claro que esa platica no llegaría a ningún lado —será mejor si me voy, no estoy dispuesta a escuchar insultos...

—Arruinó a su padre —Aysel habló al verme levantar y la encaré —ha torpedeado todos sus negocios, lo tiene al borde arruinado y a punto de ir a prisión.

¿Quién podría culparle? Solo recordar el evento de su madre, hizo ver a un hombre vulnerable, nada que ver con el Kurn Tomasevic que todos conocían. Que él quisiera arruinar al hombre que dañó a su madre, era muy lógico, el este fuera preso dudaba que tuviera que ver con Kurn. Alguien que comete un acto asi contra una chica indefensa, es capaz de los crimines más viles.

Un Millonario en JaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora