Capítulo 17

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La mujer que salvó mi vida tenía dos hijas, una de ocho años  y otra de dos. Dos criaturas que se quedaron sin padre y madre, porque ambos fueron abatidos ese día. Kurn había intentado adoptar o por lo menos iniciar el proceso, sin embargo ha sido imposible, una tía de la madre se quedó con la custodia de las niñas.

En lo quer concierne, de  ser víctima pase a ser sospechosa, la policía no terminaba de entender como yo, había salido ilesa durante el secuestro. Lo obligado a decir ese día por Andrey en la primera y única llamada que hice, contribuyó a que ellos creyeran que era cómplice. Más aún, cuando este, estaba prófugo, junto con Akram y su hermana.

—Ya dije todo lo que sucedió —insistí al policía. —¿Cuántas veces debo decirlo?

—Las suficientes para que yo le crea, porque, perdone usted señora. No tiene ni un rasguño y fue encontrada escondida con una de las secuestradoras. — puse los ojos en blanco y miré al abogado que Kurn me había dejado.

Había estado conmigo durante mi estadía en el hospital, pero una vez en casa, recibió una llamada y salió rápidamente. Desde ese día no sabía de él y su madre, pues ambos habían viajado. Olivia me dijo, que era algo delicado, que lo mejor para mí y mis bebes que no me estresara.

Todo indicaba que tenía dos niños, aun no sabíamos el sexo, pero le había mentido a su padre que era una niña. Solo porque hizo muchas preguntas y no quise decirle que aún no había ido. El día de hoy tenía el ultrasonido y mi pena era porque su padre, no estaría allí y no recibiría la noticia de primera mano. Enrico, era el encargado de cuidar de mí, pues según él, su padre le dijo que era el jefe de la casa, en su ausencia.

—Bien —Respondí acomodándome en la cama y mirando a mi abogado —discutí con mi esposo...

—Eso ya nos quedó claro—me interrumpió de mal humor. —en eso coincide con su esposo, llamó acá, pidió a su hijo y se fue con Ali.

—Mire usted. —hablé ya de mal humor —en lugar de estar atosigándome con preguntas estúpidas, haga su trabajo y encuentre a esos malnacidos...

—Señora Tomasevic —me advirtió el abogado y alcé una mano hacia él para hacerlo callar.

—Déjeme hablar...

—Sí, déjela hablar... Ya nos estamos entendiendo —dijo el policía sonriente.

—¿Tenía que llegar, herida o moribunda para ser víctima? —pregunté — la ginecóloga nos dejó solos, pues según ella tenía que atender una llamada urgente, justo en ese instante dos hombres entraron. Salimos, Ali se corta la mano, nos meten en un auto azul, me quitan mi bolsa y revisan a mi hijo.

El hombre asintió y miró sus apuntes, él esperaba que yo me contradijera en algo. Pero yo lo tenía tan nítido en mi mente, que podría vivirlo.

— Continúe…

Flashback

—Deme ese bolso —dijo uno de mis secuestradores —de su obediencia, depende su integridad y la de su hijo ¿Entiende? —asentí, abrazando a mi hijo, que temblaba ligeramente.

—Esto será muy fácil, mira como tiemblan —empezaron a burlarse ambos.

No duramos mucho tiempo conduciendo, era un puerto del otro lado de la ciudad. Nos obligaron a bajar y uno de ellos tomó a Enrico, quien se sacudió y corrió hacia mí.

—Todo un Tomasevic, pero quedó crudo en el horno —otra vez las risas.tu padre es más quemado…

—Sus ojos quizás y la mirada de odio...dice el otro.

Un Millonario en JaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora