Capítulo 18

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La doctora miraba la pantalla algo sorprendida, desde que entramos y fuimos atendidos, había sido amable, había bromeando con Kurn, así supe que se llamaba Amber y que era conocida de él desde hace años. Se burlaba entre otras cosas del nerviosismo de este. "Al final, todos tiene su talón de alquiles, hasta el hombre más fuerte."  Le había dicho, sin embargo, el silencio de este instante y en que mirara la pantalla me empezaba a preocupar.

—¿Sucede algo con los bebés? —preguntó Kurn, quien de momento lucia calmado.

Su   calma me proporcionaba valentía, la mano que sostenía y besaba de vez en cuando me decía que no estaba sola. Deán nos había seguido, así que solo no estábamos, mi hijo tenía un partido de futbol en unas horas y llegó a recogerlo. Amber, se aclaró la garganta y miró mi vientre antes de hablar.

—¿Ha tenido algún control? —me pregunta directamente y niego, asiente y vuelve a mirar intrigada la pantalla, decido aclarar que fue lo que me hice la primera vez.

—Solo los primeros exámenes—respondí —Allí me dijeron que posiblemente tenía tres meses de embarazo, no me hice todos los exámenes. Por mi secuestro, asi que desconozco exactamente, cuantos meses tengo, todo lo sé en base a lo que esa mujer me dijo.

—¿Qué sucede? —insistió Kurn y miró a la mujer. —¡Maldita sea Amber quieres hablar de una puta vez!

El terror de que mis bebes pudieran tener algo, opaco el hecho que Kurn, le había gritado, que esta no parecía enojada por ese grito, más bien divertida, eso le dijo que eran cercanos. Aun así, en ese instante, eso no le importo.

Prioridades, le llaman...

—Lo primero que deben saber es que no son gemelos —soltó y yo negué —¿Quien dijo que su embarazo era de gemelos?

—¡Yo!  —dije segura —porque o son dos niños o una araña, la que tengo dentro. —dije de mal humor —siento piernas y brazos aquí y allá. —señalé todo mi vientre.

Kurn sonrió besando mi frente, mientras un Enrico contemplaba la escena en silencio. Mi hijo vestía el uniforme de su equipo escolar y tenis, bastante emocionado por su primer partido, como para entender lo que sucedía a su alrededor. Amber nos miró en silencio, para luego asentir y señalar tres puntos en la pantalla, consecutivamente.

—Quiero decir que no son dos, son tres, dos niños y una niña. — maniobro algo y seguidamente empezamos a escuchar unos latidos.

—Eso es...

—Están escuchando los corazones de sus bebes— interrumpió a Kurn.

Nos permitió ese momento, el de escuchar a nuestros hijos. Kurn alzó en brazos a Enrico y este solo miraba sorprendido la pantalla, su padre hacia lo mismo y luego miró en mi dirección, parpadeando rápidamente. Sonreí al verle turbado, está vez no eran los recuerdos de su madre, ahora sabía eran de felicidad.

—Tampoco va a cumplir siete meses señora Tomasevic, — empezó a hablar luego de calmarlos los tres. —no se quien la atendió la primera vez y no es mi intención cuestionar su profesionalismo... Esta casi por el quinto mes de embarazo.

—¿Esta segura? —pregunté en vista que mi amado parecía en shock.

—Completamente señora, —respondió —será mejor si te sientas, estás al borde del desmayo—le dijo a Kurn al verlo en silencio.

Le acercó una silla y aun con el niño en brazos se sentó, mi hijo solo lo miraba algo preocupado, jamás había visto a Kurn en ese estado. Era el conjunto de emociones del día, definitivamente no fue el mejor día para que él se enterara de algo así.

Un Millonario en JaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora