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Al día siguiente.

Abro los ojos despacio. Lo primero que veo es el techo blanco de la habitación y luego siento la máscara de oxígeno sobre mi rostro. Doy un respingo y me levanto de golpe al recordar que mi último recuerdo es en el jardín del hospital.

¡¿Que me pasó?!

Mi familia está a mi alrededor. Mamá me toma de los hombros y me acuesta nuevamente empujándome despacio.

— Tranquila hija, tranquila. Está todo bien. No pasa nada. Acuéstate de nuevo por favor.

Me intento quitar la mascara de oxígeno pero mi madre lo evita. Miro hacia la habitación y veo a mi padre parado a los pies de mi cama. Tiene cara de cansado y la camisa que usa para trabajar un poco arrugada y desprendida. Mi prima está sentada a un costado de la cama y aunque me sonríe también luce cansada.

— ¿Que me pasó? — Pregunto preocupada.

— Sufriste un desmayo. — Me suelta el doctor Sosa mientras entra por la puerta.

Me le quedo mirando ¿Un desmayo? Pero un desmayo no se siente así. No podía moverme.

— Antes de perder el conocimiento, me sentía paralizada, no podía moverme. Estaba con todos los músculos entumecidos.

El doctor asiente.

— Si, tu madre y tu prima me comentaron lo que pasó antes de desmayarte. No te preocupes por nada. De ahora en adelante no puedes levantarte de esta cama. Dormiste toda la noche porque te dimos altas dosis de medicamentos de respaldo. Tu cirugía será dentro de dos semanas y te necesitamos fuerte. — Me explica.

Asiento, le sonrío e intento mover mi brazo derecho para quitarme la máscara de oxígeno pero de pronto siento un fuerte hormigueo en todo el brazo. Grito al no poder moverlo y solo sentir ese fuerte hormigueo. Grito nuevamente alarmada mientras me siento de golpe.

— ¡Mierda! — Suelta mi doctor y es la primera vez que lo siento maldecir.

— ¡No puedo mover el brazo derecho! ¡Me duele! — Suelto mientras el doctor me acuesta de nuevo y toca el botón que llama a las enfermeras.

Para esta altura mamá y Jessica ya están sobre la cama con terror en sus ojos y mi padre luce desesperado.

— ¡¿Que le pasa doctor?! — Pregunta mi padre.

Dos enfermeras entran a paso acelerado. El doctor no contesta y le pide a las enfermeras que saque a mi familia de la habitación.

— ¿Sientes el brazo?

Niego con la cabeza mientras intento moverlo.

— ¿Te duele? ¿Como es el dolor? — Pregunta mi doctor mientras levanta mi brazo y lo estimula con sus dedos.

— ¡Siento como electricidad y no puedo moverlo!

La sensación de electricidad y hormigueo sube hasta mi hombro y no tengo control alguno sobre el. Las ganas de llorar aparecen.

— Hay que darle Corticosteroides para estimular el músculo y un calmante para el dolor. — Le ordena el doctor a una de las enfermeras.

— ¿Que me pasa doctor? — Pregunto asustada. — ¡Dígame la verdad por favor! ¡¿Que es esto?!

El doctor Sosa me observa serio y guarda silencio unos segundos.

— Es el tumor Malena, estás perdiendo control de tus extremidades. Es solo cuestión de tiempo para que dejes de sentir toda la parte derecha de tu cuerpo y luego la izquierda... Eso es lo que va a pasar, si no operamos lo antes posible.

Mi maravillosa creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora