cursed; Kakashi Hatake [editando]

Capítulo 64; "I'm Not Mad"

¿Alguien podía recordar el como habían terminado en un bar si el objetivo era ir por unos dangos?

— ¡Oi, chicos! A que no me lo van creer... —exclamó Yomuro enérgico justo antes de entrar al pequeño puesto de golosinas.

— ¡Habla de una maldita vez, orangután! —farfulló Nikkita en dirección del pecoso.

— ¡Hay una promoción de cervezas en el bar de Tengen! Cuatro tarros de cerveza por el precio de dos, ¡la segunda tanda es gratis! — los cuatro mayores se voltearon a ver entre sí al escuchar la explicación del castaño.

— No es momento de eso, Naruto y Sakura... —las palabras de Nashiro quedaron suspendidas en el aire cuando se percató de que aquellos dos adolescentes ya no estaban. ¿En que momento los había perdido de vista? Más bien, ¿por qué se irían? El plan era ir a por dangos.

Mocosos...

— Muy bien, de una vez aclaro que yo no voy a cuidar borrachos esta vez, ¿lo entienden? —la ojiverde miró asesina a Kakashi, Yomuro, Nikkita y si Itsuki continuara con ellos seguramente se encontraría temblando de miedo.

— Creo que me perdí de algo. —comentó Yamato mientras rascaba su nuca al desconocer la referencia contextual de Nashiro.

— Esos tres junto con Itsuki bebieron en exceso e hicieron un desastre el local. —entrecierra sus ojos con frustración — Adivina quién cargó con toda la responsabilidad. —la Tayori afectada por ese acontecimiento, cruza sus brazos por encima de su pecho.

— En realidad yo fui quien puso los billetes sobre la mesa. —intervino Kakashi con su clásica mirada de pez muerto.

— Era lo menos que podías hacer...

— ¡Ya cierren de una buenas vez la boca y vayamos a disfrutar de nuestro tiempo libre! —rugió Nikkita, cerrando sus manos fuertemente en puños, haciendo resaltar una pequeña vena en su sien.

— Yo apoyo a Nikkita-kun.—se animó a replicar Yomuro con una una sonrisita.

— Si, yo también. Hace mucho que no paso tiempo con mis camaradas. —acotó Yamato cuando se encogió de brazos y miró inocentemente a su superior. La ojiverde pestañeó un par de veces y después llevó su vista hacia el peligris, con esperanza de que este se negara, pero como lo supuso, ocurrió completamente lo opuesto.

— Creo que es una buena idea, ¿verdad, Nashiro-san? —le interrogó el Hatake a la albina, causando que esta lo fulminara con la vista y entreabriera sus labios.

Recargó sus codos sobre la mesa y después acunó su rostro entre sus manos. Se sentía adormilada por el efecto del alcohol en su organismo, pero aún así era consciente de lo que ocurría y aún podía controlar sus cinco sentidos a la perfección, por lo tanto, aquel pensamiento vago continuaba rondando por su cabeza.

¿La sangre que había visto en la pared y lo que decía había sido simplemente una alucinación? De ser así, entonces Kakashi sería parte de esa ilusión, porque él también había sido testigo de aquel acontecimiento. Desde luego, no era algo normal.

Su piel se erizo de tan sólo imaginarse que alguien pudiera estarlos espiando y que ese alguien casualmente fuera Obito. Se estremeció e incluso se movió incomoda sobre la silla en la que se encontraba sentada. Ese hombre le hacía sentir una desconfianza descomunal después de todo lo ocurrido, ni siquiera quería volver a recordarlo porque estaría reviviendo la sensación de sus ensangrentados labios devorando los de ella y sinceramente eso le provocaba asco.