Capítulo 3: Una familia...

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Por cortesía, Jiang Cheng le ofreció a Nie HuaiSang quedarse a cenar con ellos, pero éste, agradeciendo la amabilidad, se negó alegando que deseaba comenzar con su investigación lo más pronto posible, por lo que después de despedirse de los pequeños Jiang y prometerles que pronto los vería otra vez, se dirigió a los mayores para despedirse y decirles que cuidaran bien de sus sobrinos, además de felicitarlos por tener unos muy buenos hijos y animarlos para que en el futuro tuvieran más.

Lo siguiente que se vio del segundo joven maestro de Qinghe Nie fue como abordaba apresuradamente el pequeño bote que lo había traído, evitando que Zidian lo azotara.

Una vez que el bote estuvo lo suficientemente lejos como para que solo se viera un punto a la distancia, los dos líderes de secta se miraron entre sí con un pequeño sonrojo en sus mejillas, para después observar a los pequeños y soltar un suspiro.

—Bien, supongo que pediré que preparen las habitaciones en donde se puedan quedar hasta que encontremos una solución, también pediré que preparen otros dos lugares para la cena… —mientras que decía eso, comenzó a caminar rumbo a su hogar procurando aparentar seguridad—. Si me disculpan, tengo trabajo que hacer.

—¡Espera, Jiang Cheng! ¡No puedes dejarme solo con ellos! ¿Qué se supone qué haga? —una pequeña sonrisa de medio lado se plantó en los labios del de morado al escuchar la desesperación en el tono de voz de su hermano.

—Tengo trabajo, Wei WuXian, estoy seguro que podrás cuidarlos bien sin mí, después de todo, son tus hijos —una pequeña risa se escapó al ver como el de vestimenta oscura palidecía un poco.

—¡También son tus hijos, A-Cheng! —gritó Wei WuXian, por suerte el muelle se encontraba vacío de gente que los pudiera escuchar, por ello es que el mencionado ignoró el grito de su hermano y siguió caminando.

Pero antes que pudiera alejarse más, la voz de la pequeña Jiang se escuchó, provocándole un escalofrío al de morado.

—¡Nos vemos en la cena, papá! —Jiang Cheng no pudo evitar mirar hacia atrás, A-Xing se encontraba con una enorme sonrisa en sus labios, mientras que A-Shen se mantenía a su lado con seriedad y detrás de ellos estaba Wei WuXian.

Sus ojos grises mostraban un poco de diversión al ver la expresión que él hizo al escuchar ser llamado de esa manera por A-Xing, mientras que sus largos cabellos negros apenas amarrados en una media coleta revoloteaban gracias al aire que estaba corriendo en ese momento, al igual que su túnica exterior de color negro con algunos toques de rojo.

Él sabía desde hace mucho que Wei WuXian era un hombre apuesto, no por nada ocupaba el cuarto lugar en la lista de los mejores partidos, pero nunca le había tomado la debida importancia a ello, o por lo menos, no hasta ahora.

Con un enorme sonrojo en sus mejillas y sin decir nada, se dio la vuelta y caminó apresuradamente en dirección hacia su oficina.

¿Cómo demonios yo, me terminé fijando en alguien como él?

Aquel era un pensamiento que atormentaba a Jiang Cheng y que sabía, para su mala suerte, no dejaría que se concentrara en su trabajo por lo que restaba del día.

Y mientras que el líder de Yunmeng Jiang se encerraba en su oficina, el patriarca de YiLing se quedó en el muelle observando con atención a los que eran o serían sus hijos en el futuro.

—Bien, A-Xing, A-Shen, ¿qué edad tienen? —procuró que una sonrisa se encontrara en sus labios.

—12 y 13 —respondió la de ojos grises, en ese momento, Wei WuXian se dio cuenta de que al parecer la pequeña no solo se parecía a él físicamente, sino que también en su personalidad, ya que por lo normal era ella quien hablaba más, mientras que su hermano mayor solo se limitaba a apoyarla asintiendo con la cabeza o a comentar de vez en cuando.

De hermanos a esposos... ¡Y con hijos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora