Como bien es sabido por todos, Horacio Silvestre Quiroga Forteza fue uno de los mejores dramaturgos y cuentistas de América Latina durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Como ya ha sido comentado en reiteradas ocasiones, la muerte trágica e incluso lo macabro o sangriento son algunos de los temas que han caracterizado la literatura del escritor uruguayo a lo largo de su vida, aunque es cierto que la utilización de la tragedia como tema de sus cuentos no es más que una vía para abordar diferentes temas que nada tienen que ver con la muerte. Como ya se ha comentado anteriormente, se puede hablar de la muerte en un cuento en el cual el protagonista sea un árbol, y eso es precisamente lo que hace Quiroga en la mayoría de sus cuentos, utiliza la muerte (tema que marcó profundamente su vida personal) para abordar temas mucho más variados, como pueden ser las relaciones familiares y de pareja, la psicología humana o la vida interna del individuo como eje central dentro del mundo.
Ahora bien, adentrándonos en el cuento que nos confiere, en "El almohadón de plumas", Quiroga presenta una escena inicial en la cual un acomodado matrimonio que había pasado tres meses de idílico matrimonio, empieza a tener un problema, y no es otro que la enfermedad que comienza a sufrir Alicia, la mujer del mencionado matrimonio. A pesar de los buenos primeros tres meses que pasaron juntos, Alicia no sentía cerca a Jordán, su marido, lo sentía distante, preocupado siempre por el trabajo y con el pasar de los días más frío con respecto al trato con su mujer, hecho que Quiroga refleja y relaciona también con el aspecto de la casa, el cual la describe como una casa grande y sola, donde el frío es permanente, de paredes blancas y de mármol en la cual retumban incluso los pasos de Jordán al llegar a casa. Como suele ser frecuente, el autor realiza una conexión entre el estado de ánimo entre los protagonistas de la historia con el ambiente en la cual se desarrolla la misma, con el fin de hacer para el lector aún más evidente el sentimiento que quiere transmitir.
Posteriormente, a pesar de que Alicia seguía empeorando en su estado de salud, con la ayuda de su marido se levantó y pudo salir al jardín. En esta escena, Jordán le pasa a su mujer la mano cariñosamente por la cabeza, ante lo cual esta rompe en un desenfrenado llanto, como muestra de la tristeza acumulada que existía en su interior desde el tiempo que llevaba enferma, e incluso antes. Esta sería la última vez que Alicia pudiera levantarse de la cama. Al volver a la habitación, Jordán llamó a su médico personal para que examinara a Alicia, este le dijo que no sabía a ciencia cierta que le estaba pasando a su mujer, y que lo llamara al día siguiente si esta presentaba el mismo estado de salud, y a su vez, le recomendó cama y descanso absoluto. Al día siguiente Alicia no solo seguía igual sino que empeoró aún más su estado de salud, mientras su esposo pasaba todo el día en la sala, visitando de a momentos a su convaleciente esposa para observarla mientras daba vueltas por la habitación. Ya casi no compartían tiempo ni mucho menos conversación, se limitaban a pasar el día en un espacio diferente de la casa inundando la casa de un silencio sepulcral. Con el pasar de los días Alicia comenzaba a tener alucinaciones, llegando a llamar a su marido por haber creído ver algo que se movía en la alfombra de la habitación. Días después los médicos volvieron inútilmente, dando por cerrado el caso con la siguiente descripción de Quiroga: " Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo". No sabían cómo ni porqué, lo único que sabían es que esa vida estaba llegando a su fin.
La enfermedad de Alicia solo empeoraba en la noche, durante el día seguía exactamente igual, como si hubiera algo a la hora de dormir que le quitara de a poco la vida y la energía que le quedaba. Finalmente y tras dos días de alucinaciones con insectos que subían por su cama y largas agonías, Alicia murió. Tras el fallecimiento de su mujer Jordán ordenó a la sirvienta retirar las sábanas que había estado utilizando Alicia. Mientras realizaba la labor que se le había encomendado, la sirvienta observó en la almohada unas pequeñas manchas de sangre, como si fueran picaduras, ante lo cual inmediatamente pidió a Jordán que acudiera a la habitación. Jordán fue y al comprobar que además de la sangre algo se movía por dentro, decidió llevarla a la mesa del comedor para abrirla. Efectivamente, dentro de la almohada había un monstruoso animal, de gran tamaño y aspecto desagradable. El monstruo había estado chupándole la sangre a Alicia cada noche mientras dormía, al principio el proceso era lento, pero desde que la joven no se pudo mover de la cama, al animal solo le bastaron cinco días para acabar con el alma y la vida de la protagonista de esta historia. Como dice Quiroga en el cuento, a estos animales " La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma".
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Sinopsis de "El almohadón de plumas"
Short StorySinopsis del cuento "El almohadón de plumas", de Horacio Quiroga.