Santiago.
–Santiago duraste toda la noche sin dormir por favor. Creo que es mejor que no vayas a clases.- era Jhon regañándome.
Había estado toda la noche en el sofá pensando. Que haría?
Tendría que buscar trabajo, hacer algo...
–Tranquilo, ahora mas que nunca tengo que ir a la universidad. Me graduare como sea y de la forma que sea Jhon. Mis padres no arruinaran mi vida.
Mientras me bañaba, eran a penas las 7:00 am, faltaba una hora para entrar a clases. El agua fría caía por mi piel, necesitaba que estuviera helada para sacarme todo.
Trataba de pensar mejor las cosas pero mientras mas lo hacia, no podía. Me dolía la cabeza aun mas.
En la universidad no mejoro para nada mi día. Me esperaba Blair en el estacionamiento.
–Hoy no estoy de humor Blair.- dije mientras caminaba.
–Ay pero que sensible. Solo quería preguntarte como esta tu amiguita Lara.- a que venia su pregunta?
–Blair, no se que tramas. Pero no me metas en tus mierdas.- Tenia demasiados problemas para pensar en estupideces.
–Bueno, igual mándale saludos de mi parte. Se que no ha sido fácil todo por lo de su moto.- Se rió y se fue.
Como sabia ella lo de la moto de Lara?
Y solo se me paso por la cabeza una razón. Blair había sido la culpable.
Lo averiguaría, pero ahora tenia que preocuparme por salir de esta semana de pruebas y de cómo resolvería mi vida económica.
Ignore a todos, el resto del día. Hasta me valió verga que Luke estuviese molesto conmigo.
Mi vida en estos momentos era un asco.
Mientras almorzaba se me ocurrió algo entonces.
En las pasantias me pagaban como si fuera un aprendiz, no un graduado. Así que pensé que si tal vez... hablaba con Maria y le mostraba parte del trabajo podía suceder lo contrario.
Había escuchado ya cientos de estudiantes que tuvieron la suerte de ser contratados una vez comenzada las pasantitas. No perdería mi oportunidad y sabia que tenia el don para este trabajo.
Antes de ir al trabajo me pase por la fraternidad. En la casa de la fraternidad era donde vivían Eric y Tiago.
–Mira a quien tenemos aquí.- dijo uno de mis compañeros de fraternidad, Noah.
–Hola.
–Tiempo sin que pasaras por aquí, si buscas a Eric y Tiago. Están atrás, tomando cerveza.
Como siempre, Eric y Tiago no hacían sus tardes muy productivas, a veces hasta sentía que perdían el tiempo.
–Hasta que por fin vienes, esta mañana ni nos hablaste casi.- dijo Eric mientras se paraba de la silla para hablar conmigo.
–Estaba un poco disperso.- respondí.
Tiago me ofreció una cerveza.
Comenzamos a hablar de puras tonterías. Por lo menos ellos me hacían reír.
–Estaba pensando y si hacemos una fiesta hoy?.- Tiago miro a Eric como si estuviera loco de remate.
Hasta yo lo miraba así.
–Eric hoy a penas es jueves. Y no tenemos tiempo de hacer una fiesta para hoy mismo en la noche.- dijo Tiago.
–Pero que tanto se necesita para una fiesta de fraternidad? Esta no sera como la fiesta de las discoteca. Sera aquí en la casa y solo se le avisa a las personas y ya.- dijo Eric
El lo simplificaba todo. Lo veía todo tan fácil a veces.
Comenzaron a pelear de si harían o no la fiesta.
Hasta que decidieron que si, yo los deje solos discutiendo. Tenia que llegar temprano al trabajo.
–Hey Santiago espera.- dijo Noah.- Dentro de poco comienzan las peleas de nuevo, si quieres volver a ir este año sabes que las inscripciones están abiertas.- dijo.
Yo asentí.
Las peleas era otra parte sucia y oscura de mi. Cuando era pequeño me gustaba entrar en peleas callejeras. Buscaba la manera de disminuir mi rabia por el mundo. Entre en boxeo, en esgrima, en todas las actividades físicas. Mi primera moto la había tenido a los 12 años. Y el carro a los 15 años, todo me lo pagaba con las peleas.
Mis padres siempre me querían alejar de todo este mundo que traía agresividad pero nada pudo. El boxeo lo empeoro, ya sabia como hacerlo profesionalmente pero implementándolo en peleas clandestinas.
Nada pudo con mi rabia contenida, ni los idiomas, ni la música, ni los viajes. Ni todo el dinero del mundo.
Golpee el volante de lo furioso que estaba.
Tal vez las peleas clandestinas serian una opción para volver a ganar dinero.
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Aléjate o déjate llevar
Teen FictionLara y Santiago, muy diferentes pero al mismo tiempo tan iguales, con las mismas ganas de comerse al mundo. Lara es una chica fuera de lo común, desde su aspecto hasta su personalidad ruda y fuerte, chocara con Santiago al demostrar de verdad que un...