35. Eres ¿Quién?

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- Buenos días –susurra Jerome y Alexa se gira para quedar de frente a él.

- Buenos días –responde entre sonrisas y él se acerca hasta sus labios– oh no, no, no... debemos llegar temprano al trabajo –dice, interrumpiendo el camino de la mano de Jerome sobre su pierna desnuda.

- Nadie notará que llegamos unos minutos tarde –insiste el hombre, tomándola por el trasero y acercándola a él, para que sienta su erección.

El teléfono de Jerome comienza a sonar y él gira un poco a mirar la pantalla, su reacción inmediata es rechazar la llamada y colocar el móvil pantalla abajo, Alexa lo mira cuestionándolo y él sonríe.

- Ven aquí –tira de ella y la coloca sobre su regazo.

- ¿Quién era? –Alexa no puede evitar interesarse, ante la actitud extraña del francés.

- Nada importante –responde él y se dedica a besar el cuello de Alexa, haciéndola desviar por completo su atención de la llamada.

Llegan una hora tarde a la empresa, con el aspecto radiante que una buena sesión de sexo por la mañana pudo darles, entran juntos al elevador y Jerome se despide de ella un piso antes de su oficina.

- El señor Jankovic ha llamado varias veces –es el saludo de Fred y Alexa oculta perfectamente la preocupación por el juicio de Daven ante su llegada tarde.

- Avísale que estoy aquí –indica a Fred– y envíame una nota con los pendientes del día –Fred asiente y ella sigue andando hasta su oficina.

Daven no tarda demasiado en aparecer ante la puerta de Alexa y ella no puede evitar sentirse sorprendida ante la informalidad de su atuendo, aunque reconoce que le queda espectacularmente bien.

- Olvidaste el viaje –reclama en cuanto la ve.

- ¿Qué viaje? –en cuanto Daven la fulmina con la mirada, se arrepiente de la pregunta.

- El maldito viaje –insiste Daven, seguro de que ella lo recuerda.

- Carajo –recuerda, Alexa.

- Exacto...

- ¿Está todo listo?

- El jet de la empresa tiene programado el vuelo para dentro de 2 horas –Alexa se levanta de inmediato.

- Estaré en el aeropuerto en una hora –Daven niega.

- Nunca imaginé que mi puesto implicaba tener que ser tu niñera, si no es el viaje de negocios, son las reuniones importantes... creí que habías vuelto para ayudar –suelta camino a la puerta y Alexa rueda los ojos.

- ¿Niñera? –Pregunta aparentando indignación y Daven gira para mirarla con furia, pero se da de bruces con la sonrisa torcida que una imagen erótica de él provoca en Alexa.

- No me mires así y corre a empacar –responde, bajando su nivel de enfado y subiendo sus ganas de levantarle la falda de golpe.

- Te veo en el aeropuerto, nani –bromea Alexa, pasando junto a él y dejando su aroma en el aire, él niega antes de mirar a Fred y continuar su camino.

Alexa entra apresurada al elevador y presiona varias veces el botón de la recepción, como si eso apresurara la velocidad de llegada. En cuanto las puertas se abren camina veloz en dirección a la recepcionista, quien se encuentra en una acalorada discusión con una bella joven quien en un imperfecto español impregnado de acento francés intenta hacerse entender.

Alexa va de paso y está a punto de interrumpir la conversación para pedir su auto cuando la mujer suelta– soy la prometida de Jerome Domênec –el mundo de Alexa se detiene de golpe y mira a la mujer, atónita.

¿Quién es el jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora