Kakegurui

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Inspirado en el anime Kakegurui.

Taekook.
JK 17 años
Th 18 años.
Contenido explícito. (ahora si)























Taehyung, portando aquel saco de la escuela, precioso, rojo, con detalles negros al igual que sus pantalones, entraba a su adorada institución.

La escuela a la que asistía. No importaban las calificaciones. Si no las apuestas.

Los juegos de mesa, cartas. Con apuestas, era lo que mantenía a todos los estudiantes.

La avaricia, la adición al juego, era la rama fundamental.

Las jerarquías eran fuertemente marcadas en aquel lugar.

¿Tienes dinero? Juega y apuesta.

¿Ganaste? Asombroso, tendrás el doble.

¿Perdiste? Paga.

¿No tienes con qué pagar? No importa. Ahora eres un perrito o gatita.

Si no tenías para pagar los miles y millones de wons que se podían apostar en una sola ronda, tu vida está básicamente acabada.

Taehyung chasqueó un par de dedos. De inmediato una chica y un par de chicos se acercaron a él.

-Buenos días. - dijo con una sonrisa. - Quiero mi almuerzo. - pidió amablemente a los tres que estaban a sus pies.

Los tres corrieron después de reverenciar al otro.

Taehyung no era malo del todo. Sólo tenía una gran pasión por el juego.

Y la suerte siempre estaba de su lado.

No era el número uno en la institución. Pero era bueno.

El primero lugar era Jeon Jungkook.

Un hijo de papi, con el dinero suficiente para siempre poder pagar sus deudas.

Taehyung estaba perdidamente enamorado del menor. Pero Jungkook siempre le humillaba.

Además de que era un sátiro que amaba que le jodieran sobre una mesa con dinero. Pero casi nadie llegaba a sus estándares.

El coqueteo era la magia de Jeon Jungkook.

Dejandole en claro de que a pesar de tener dinero, no era suficiente.

Aunque amaba en secreto los regalos caros que Taehyung se costeaba. Y amaba aún más la atención del castaño sobre su persona. Pero no le interesaba.

-Jungkook.- llamó al verle en uno de los salones. Practicando nuevos movimientos con una baraja.

-Kim. - dijo el otro sin mucha emoción. - ¿Qué me has traído hoy?-

Taehyung sonrió.

El antes no era creyente de la suerte o el destino. Hasta que al cumplir los quince. Se dio cuenta de que siempre le pasaba lo mejor.

Aquella mañana, una mariquita se paró sobre su nariz. Antes de volar lejos.

Además de que encontró un trebol de cuatro hojas. Aquello no era extraño en su día a día. Pero simplemente se sentía con suerte.

Sacó de uno de sus bolsillos una baraja. Diferente a la de Jungkook.

El otro la observó con desdén, y luego elevó una ceja hacia Taehyung.

Look at me, just at me. KTH+JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora