¿Quieres que te lleve?

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Mi despertador sonó dándome el aviso de que comenzaba otro día de trabajo. Elegí no seguir enredándome con las sabanas en la cama y fui directo a la ducha apenas mis pies tocaron el suelo, no me debía atrasar, esperaba que hoy mi día comenzara diferente, así que llegar unos minutos antes al trabajo será mi primera meta.

Mientras hacia el desayuno coloqué la contestadora, tenía dos mensajes, uno de mi madre preguntando como siempre que tal mi día anterior. Era una rutina oír su voz por la mañana, me hacia sentir que vivía conmigo. Y otro inesperado mensaje de Jean, un muy amigo de la Universidad, aunque a veces me hostigaba que tuviera intenciones diferentes a las mías, no me malinterpreten me agrada es un amigo genial, pero en eso queda, un amigo. Decía que lo llamara.

-Hola Jean, ¿qué ocurre?

-Hola Sam, me preguntaba si harás algo este fin de semana- tragó en seco- ya sabes podríamos salir a tomar algo o a comer, un panorama diferente, no te veo hace tiempo y ya te extraño, ¿qué dices?-

-Me encantaría, pero le he prometido a mi madre que iría a visitarla, tal vez el otro.

-Oh, claro, no te preocupes, entiendo- rió- nos vemos entonces Samy, cuídate- y cortó. Sin dejar que me despidiera.

La verdad eso de "iré a visitar a mi madre" no es del todo cierto, ya que no le he dicho y es muy poco probable que me den ánimos de ir, algo común en mi, llego tan cansada del trabajo que estar en el departamento sobre el sillón es el mejor panorama. Como tampoco tengo ánimos de tener ligues o relaciones serias, no estaban en mis planes a futuro, tenia planeado juntar dinero y viajar, comprar ropa o salir a divertirme. De que había tenido mis fantasías, claro, como todas y todos ¿no? pero nada comparado a él, esta fantasía era cosa seria.

-Hola Louis- saludé a mi vecino mientras iba saliendo de su departamento al igual que yo.

-Hola Manta- dijo risueño, como me encantaba que me llamara así, era algo inusual, pero lo hacia para molestarme, y tengo la sospecha que también es un truco para que lo recuerde al ser el único que se la pasa diciéndome así- ¿ya te vas?- asentí- ¿quieres que te lleve?

Algo nuevo ocurrirá esta mañana al parecer, me levantare mas temprano de ahora en adelante.

-Si no es molestia, claro.

 Mi hogar, lo había pagado con mi año de trabajo, era una de mis mejores adquisición en estos tiempo cuando recién se comienza a trabajar, teniendo en cuenta que era uno de los mejores por la ubicación, aunque no quedaba muy cerca de mi trabajo y me hacia de todas formas tener que llegar a tomar locomoción.   

Ambos nos subimos al ascensor, ni muerta bajaba las escaleras, nunca pensaría en bajar desde un onceavo piso.

-¿Hace calor no crees?- asentí. 

Llevaba una chaqueta de jeans y una camiseta con el logo de Nirvanna, bastante relajado para ir a trabajar, ¿en qué trabajaba? creo que jamás se lo he preguntado. 

Íbamos en el piso ocho y fue donde se llenó, nueve personas esperaban. Y  era un ascensor máximo de 12 personas. Louis agarró de mi brazo suavemente y me posicionó frente a él para que no me perdiera de su vista entre la gente.

Sentía su respiración cerca y el agarre de mi brazo bajo hasta mi mano suavemente, haciendo que se erizara mi piel. Tragué en seco cuando vi que tres personas más subían en el sexto piso dejándome aún más apegada a él, había llegado al limite yo y el asensor. Suspire y luego busque algo de aire elevando mi cabeza, el maldito bajaba muy lento y tener a mi vecino así de cerca me hacia tener calor, mucho calor, sentí su pecho en mi espalda luego de un leve movimiento de dejarme más cerca de él, efecto de que el señor de adelante retrocediera un poco, mientras Louis respiraba lento en mi oído, saber la distancia de mi trasero a su entrepierna hacia que esta mañana fuera un poco ardiente. Y se detuvo, al fin había llegado abajo.

Hot Elevator. |l.t| [historia corta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora