ᴍɪɴ ʏᴏᴏɴ ɢɪ

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Las aspiraciones de Min Yoon Gi no eran muy extensas, más allá de jugar basketball, rapear, escribir y producir canciones, el chico era como cualquier jóven de 20 años.

No postuló para la Universidad y se emancipó de sus padres tan rápido como pudo, no se llevaba bien con ellos y nunca lo apoyaron en sus proyectos, haciéndole sentir menos.

Escribió y produjo canciones para algunos artistas conocidos, pero nunca tuvo el reconocimiento ni las recomendaciones necesarias para entrar a una empresa y comenzar su carrera profesional.

Hace 3 meses tocó fondo, las ideas no le brotaban y por más que intentase, no se le ocurría nada. Estaba cada vez peor.

Siempre había sido reservado y hasta a veces, frío, pero esta vez era diferente. Su ansiedad aumentó y ataques de pánico lo atormentaban constantemente sin piedad, sus escasos amigos estaban muy preocupados, no quería salir, ni siquiera tenía ánimos para hablar, no podía más, pero era fuerte.

Fue tan fuerte que aún roto, continuó hacia adelante, sin importar lo que había dejado atrás, quería empezar desde cero.

Aquella noche era mucho más oscura que las demás, las calles eran tenuemente iluminadas por unos cuantos faroles y la luz de la luna

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Aquella noche era mucho más oscura que las demás, las calles eran tenuemente iluminadas por unos cuantos faroles y la luz de la luna.

Las nueve de la noche parecían las doce y luego de unos minutos de caminar sin rumbo, terminó por entrar a una cafetería con un ambiente rústico, muy de su agrado.

No le gustaba echarle flores a nadie, pero aquel barista logró preparar el mejor café que Yoongi había probado en su vida, subiéndole el ánimo, y la cafeína.

Siempre fue muy sincero, y esta vez no iba a ser la excepción, quien sea que le haya servido ese americano, era demasiado guapo para ser de este mundo.

Perdió totalmente la cuenta del tiempo que había pasado sin que le interesase alguien, aquel pequeño tan amable, rompió la extensa racha de "no me importa absolutamente nadie" del mayor, que talento.

Pasaron los meses, Yoongi no dejó de frecuentar el café, realmente aquel cálido ambiente y la preciosa vista hacia la playa lo inspiraban mucho, se acostumbró a los Espresso Macchiato mientras escribía cada idea que se le venía a la cabeza en un cuaderno forrado con cuero.

Siendo honestamente franco, no podía resistirse a la curiosidad que le causaba saber, aunque sea el nombre de aquel rubio, realmente lo había inspirado para algunas letras, necesitaba saber su nombre.

-mar

The Man In The Coffee Shop⤑{MYG×PJM}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora