—Me encantan sus tatuajes, de verdad—soltó un suspiro y miró a un punto fijo de la pared aunque sus ojos se encontraban como idos.
—¿Te gusta?—le pregunté, elegí una pieza de sushi y me la llevé hasta la boca.
—Ay, no sé—se mordió el labio y apoyó su espalda en la silla.
—Alicia, ¿es una broma?—preguntó Enzo. Mantenía una ceja elevada y miraba a mi compañera casi no creyéndole, pero era obvio, desde la fiesta en el club Revolution, se le había notado que le gustaba Erick—Yo no sé que le ven a ese tipo, además a ti te gusta cualquier hombre que mueva una pelota de fútbol.
—Sí, por eso no me gustas tú, cariño—ella le dedicó una sonrisa demasiada fingida y después me miró a mi—Es guapísimo, ¿o no, Ignacia?—de inmediato sentí como la mirada de Enzo se posicionó en mí y junto a Alicia, esperaban una respuesta. Solamente me encogí de hombros—Vamos, es obvio que al menos debes encontrarlo guapo. ¿Estarías con él?
—Es guapo, sí, pero no estaría con él—aclaré.
—¿Por qué no? ¿Por tu trauma de cuando te rechazaron cuando eras una niña?—habló Enzo en tono de burla. Rodé los ojos, había sido un completo error haberles contado esa parte de la historia, menos mal no les había contado quien lo había hecho—¿O del otro con los futbolistas?
—Te estay desubicando, Enzo—elevé una ceja y lo miré mal—En todo caso, no debería importarle con quien yo quisiera estar, menos deberías reírte de algo que a otra persona quizás le afecte—hice una mueca y lo ignoré monumentalmente para después llevarme una pieza de sushi a la boca.
Nadie habló más, se dedicaron solo a comer en silencio y lo agradecía, esos comentarios me habían molestado un poco. Cuando terminamos de comer, nos dirigimos todos nuevamente a nuestros puestos de trabajo. Dejé descansar mi cuerpo en la silla y cerré los ojos, estaba tan cómoda aquí que dormiría. Finalmente, el día se me pasó así, entre revisar noticias y ver que mierda escribiría. Mi puerta de abrió abruptamente dejándome ver el cuerpo de Alicia, de inmediato tomé los papeles que tenía sobre la mesa y fingí demasiado interés en ellos.
—¿Te molestaste?—preguntó. Se metió en mi oficina y cerró la puerta. Negué con la cabeza, sin siquiera mirarla—Vamos, es obvio que no estás leyendo los papeles y solo quieres ignorarme.
—No, es solo que creo que fue un error contarles, o al menos a Enzo porque lo habla como si nada...
—Es así, no lo tomes en cuenta—se encogió de hombros y caminó hasta mi lado—¿En qué estás? ¿necesitas algo de ayuda?
—No, estaba viendo los eventos para esta semana. No me tocó ni uno. ¿Y a ti?
—Sí, la presentación de Ribéry pero en cuatro días más—suspiró de alivio—Ojalá me encuentre con Pulgar.
—¿Vas al Artemio Franchi?—asintió con la cabeza.
—Te tocó hacer la página siete, la muerte del ciclista, ¿verdad?
—Sí, ¿cómo sabes?—pregunté con el ceño fruncido. Ella soltó una risita.
—Porque lo pedí y el jefe dijo que te lo había dado—de encogió de hombros y terminó haciendo una mueca en los labios. Mi teléfono vibró un par de veces, ella lo tomó antes de que yo pudiera hacerlo y frunció el ceño.
Le quité el teléfono de las manos y vi lo que causó su reacción.
No me vay
a creer quien
me habló🙄y descubrí algo
voy yo o vienes tú?
😅Erick
—¿Ir dónde?—preguntó con el ceño fruncido—¿A la casa de Erick Pulgar?
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Strade separate || Erick Pulgar.
Fanfiction"Los dos estaban caminando en el mismo sentido y no hablo de la dirección errante de sus pasos..."