Cap 1. Destino torcido

2.3K 82 31
                                    

Golpes constantes y pesados se escuchaban cada vez más cerca, aproximándose a la habitación con cada paso.

La oscuridad intensa que lo envolvía en aquella sala no le permitía ver ni sentir nada, no era capaz de mover los brazos ni piernas debido a la losa a la que lo habían atado. Por más que intentaba enfocar su vista en algún punto de la habitación, intentando ver algo, no lo conseguía.

Se paralizó después de escuchar el desliz de la compuerta, dando paso a la luz que iluminó la losa frente a la entrada, en la que el joven autobot estaba inmovilizado.

Se quedó sin palabras al ver la familiar figura en sombras de su amado mech, con la diferencia de que ese par de luces carmesí resplandecientes en su oscuro rostro, le hicieron saber al instante que no era él.

— ¿Estás cómodo, Smooky? —Indagó el individuo con una sonrisa fría en sus labios, pronunciando con tanta suavidad, que ese tono gentil le daba escalofríos, ya que no encajaba con su porte ni su voz.

— ¡Tú... No eres Optimus! —Exclamó para sí mismo, retorciéndose en un vano esfuerzo por zafarse.

— Sí... y no —Némesis se aproximó a su prisionero, sentándose a su lado.

— Si ordené que te ataran, fue para evitar que escaparas de mí otra vez. Resultaste ser más habilidoso de lo que esperaba.

Las manos de Smokescreen se encontraban aprisionadas sobre su cabeza con grilletes que eran parte de la losa, dejándolo en una posición vulnerable.

El Optimus "impostor", como Smokescreen le decía, estiró la mano al rostro de este; que, esperando algún golpe o agresión, recibió una caricia, desconcertado.

El rostro de Némesis era una seria expresión de tranquilidad, como si lo analizara mientras lo contemplaba.

— Había soñado con tenerte así por tanto tiempo...

— A-aléjate de mí.

— Desde ese día, no he dejado de pensar en ti, ni he podido parar de preguntarme ¿cómo fuiste capaz de hacerme eso? Me obligaste a hacerte algo terrible.

— ¿Q-qué? No entiendo de qué rayos hablas —El Prime se inclinó sobre el joven, repasándole el cuerpo descaradamente desde la curvatura de sus caderas hasta la zona del pecho. Smokescreen tembló, nervioso y confundido.

— Desde ahora, yo seré tu dueño —Pasó sonriente su glosa por el medio de las dos partes que conformaban el pecho del autobot.

— Eso... no.

— Ahora que te tengo, no te liberaré jamás.

— ¡No trabajaré para ti ni seré tu prisionero! Tampoco dejaré que me mates, volveré con mis amigos, ¡volveré con Optimus! —Un repentino golpe le volteó la cabeza a un lado, dejándolo aturdido. Némesis lo miró con severidad, pero con una extravagante sonrisa que reflejaba su indignación.

Lo tomó rudamente de su fino rostro y se le aproximó, clavándole una dura mirada con la que era casi imposible no sentirse intimidado.

— Optimus ya no existe. Solo estoy yo y ahora, me perteneces. Siempre has sido mío y lo serás para siempre, Smokescreen.

[...]

Días antes de que los autobots partieran de la Tierra, el líder del equipo Prime llegó a un acuerdo con el gobierno estadounidense, recibiendo el permiso para darle un último adiós al planeta que fue su hogar durante tantos años antes de empezar la construcción de la nave en la que partirían.

Optimus se encontraba en la planta de construcción junto con Ratchet, colaborando y guiando a los humanos con los planos del inmenso transporte, pues con ayuda de los cybertronianos, el proceso y funcionamiento sería mucho más rápido y efectivo gracias a su avanzada tecnología.

Hasta donde quiero llegar... por ti [ Parte 2  en PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora