Ella vino a divertirse, y él se la quiere quedar.
Julieta es una joven mexicana, estudiante médica de posgrado, que viene a Madrid a alejarse de su gran torbellino llamado vida. Siempre tuvo una vida con lujo, pero ni con tanto podía llenar su vacío...
Santiago se levantó a las 9 a.m. y revisó a las chicas, les dejó en la mesa de afuera del cuarto unos sueros, termos con agua fresca y aspirinas para la resaca. Danna y Julieta se encontraban dormidas aún a medio día. Él había preparado el desayuno para los tres, dejándoselos en la estufa listo. Eran chilaquiles.
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Alrededor de la 1:10 p.m., Danna Paola abre los ojos, con un leve zumbido en la cabeza pero con el cuerpo súper cortado. No estaba tan cruda por los electrolitos y aspirina de anoche. Frota sus ojos y ve que Julieta sigue dormida. Se levanta, va al baño, se lava los dientes y decide bañarse. Al salir del baño, nota que Julieta ya no está en la cama. Se cambia tomando algunas prendas de su amiga y sale del cuarto.
Danna Paola: ¿Julieta? - dice afuera del cuarto de su amiga, tomando un suero y una aspirina, llevando un termo a la cocina.
Julieta: En la cocina, Santi dejó el desayuno hecho, lo estoy sirviendo - dice levantando la voz para que su amiga camine al final del pasillo.
Danna llega a la cocina y se sienta en la barra, viendo que está el aguacate, queso, lechuga, tomate partidos y servidos en pequeños platos para añadirselos a los chillakillers.
Julieta está enfrente de la estufa y la ve a la cara.
Julieta: Buenos días, D. ¿Con o sin lácteos? - dice la mujer de cejas pobladas.
Danna: Con, necesito esa grasa. - dice gruñendo por el dolor de cabeza que siente ir creciendo moderadamente desde que se levantó.
Julieta sirve ambos platos, y los prepara; saca vasos altos de vidrio, les sirve hielos y saca el jugo de naranja orgánico que tiene en su refrigerador.
Danna ve que se estira para tomar de uno de los gabinetes una botella de vino blanco espumoso.
Danna: Mima, ¿la vas a conectar? - se ríe por el entusiasmo de su amiga para seguir bebiendo.
Julieta: Claro que sí, no dejaré que se me aparezca la migraña de cruda ni un segundo - dice sonriéndole, mientras destapa la botella y se sirve, transformando su jugo de naranja en una mimosa.
En eso, suenan las notificaciones del celular de alguna de las chicas en el cuarto. Se miran riendóse.
Julieta: ¡Safos! Ve por los celulares, yo estoy haciendo esto - señala a los platos y bebidas.
Danna resopla y regresa al cuarto, tomando ambos celulares. Desbloquea su celular, sí tenía notificaciones pero nada de los últimos 3 minutos. Caminando de regreso a la cocina con ambos celulares en mano, sonríe recordando que su amiga se besuquió a su amigo. Presiona el botón de bloquear de Julieta y ríe porque sí había sido su celular, tenía bastantes notificaciones de instagram y demás, pero las últimas habían sido de whatsapp, solo se leía Arón. sdkasjdlsd, Danna Paola solo hizo un brinco interno y trato de regresar lo más calmada a la barra de la cocina con su amiga.
