Destino Inesperado [Shadamy]

Capítulo 50

Las tardes en Sun City eran muy silenciosas, al igual que en las mañanas; y ni hablar de las noches las cuales parecía que no había población, aunque esa era la razón. La población en aquellos años era muy baja, generando un silencio el cual para algunos era muy cómodo y satisfactorio, mas para otros era estresante y aburrido; algunas veces daba un poco de miedo. En aquella tarde, mientras que Mary y Mephiles se encontraban tomando un amargo y caliente café junto al pequeño Silver quien sólo consumía de leche y galletas, Shadow y su pareja estaban viendo la película en el cine Cinema Paraíso; pero Rose se veía aburrida, tanto que hasta se hallaba a punto de dormirse.

Con diversión, Shadow negaba con la cabeza mientras veía el sereno rostro de Amy, quien había recostado su cabeza en el hombro de su novio. El erizo negro le besó en la frente, disfrurando del agradable olor que desprendían sus púas rosas las cuales las notó largas, haciendo sorprender a Shadow. "Ya veo porque se veía más linda"; comentó el erizo negro en su mente mientras seguía admirando no a la cinta, sino a la belleza que su novia portaba. "Cariño..."; mencionó Rose quien parecía estar soñando con Shadow, el cual se ruborizó tras escuchar aquello. Este acarició sus púas, y comenzó a visualizarlas de una manera más detallada; de esta manera, ve que en realidad sí están muy largas las púas de Rose.

"Linda, despierta"; le susurró Shadow a Rose, pues no quería armar algún escandalo por fomentar bulla en pleno rodaje de la película. "Un poco más"; respondió la eriza en una voz muy baja, pero Shadow decidió sacudirla levemente, mas no de una brusca manera. Con algo de pesadez, Rose iba abriendo los ojos, e iba tallándolos con las yemas de sus dedos debido a la radiante luz de la pantalla grande la cual reflejaba. La eriza analiza en dónde se encontraba, y suelta un sonido de sorpresa, haciendo que algunas personas la callen.

—¡No puede ser! Me quedé dormida —dijo Rose con la voz baja.

—Nena, hay que irnos de aquí, ¿qué dices? —le preguntó Shadow a su novia con el mismo tono de voz.

—¡Buena idea!

Ambos se pusieron de pie, y con dificultad y algunas quejas y llamadas de atención, al fin llegaron a la salida de la sala; y acelerando el paso, al fin llegaron a la salida principal del área. Rose exhaló un suspiro para poder relajarse, y volteó a ver a su novio, quien la miraba con una sonrisa de lado. Este se acercó y la tomó de la cintura, haciendo que Rose le sonría tiernamente.

—Así que me pides ir a comprar boletos para que te quedes dormida, ¿eh? —bromeó el erizo negro, a lo que Rose rio.

—¡Ups! Lamento decepcionarte, pero esa película estaba aburrida, o esa es mi opinión —comentó Rose colocando sus manos en los hombros del erizo.

—Bueno, pues creo que compartimos la opinión, nena —finalizó este, y besó a Amy en los labios.

Sin pensarlo dos veces, Rose correspondió a ese beso ya previsto por ambos. "Qué linda pareja"; comentó desanimado el joven que vendía los tickets para las entradas a dicho lugar, pues cinco chicas lo habían rechazado. Por el lado de Shadow y Amy, estos habían terminado ya de ese lindo beso, y prosiguieron a sonreírse entre sí. ¿No estás molesta conmigo?; preguntó Shadow tras recordar el tono de voz que usó ante ella cuando se hallaban en casa, a lo que Rose suspiró cansada, y negó con la cabeza.

—No, cariño, no lo estoy y tampoco lo estuve, porque ha sido mi culpa, ¿bien? Te dije que no tendríamos secretos, y soy la primera en hacerlo —dijo Rose acariciando la mejilla del mayor.

—¿Me lo contarás pronto? —preguntó este colocando su mano encima de la de Rose.

—Sí, Shad —respondió Amy sonriendo.

—¿Quieres ir a caminar por allí? Quizá y encontremos algún lugar para comer algo —ofreció Shadow antes de darle un beso en la mano de Amy, quien estaba ruborizada.