Al ser descubiertos en una misión encubierto, el lector y su compañero Jimin se ven forzados a adaptarse a una nueva vida en una granja a las afueras de un pueblito al tener que pretender que son esposos. ¿Podrán dirigir la granja sin ser descubier...
Me despierto con la intensa luz del sol entrando en las ventanas e inmediatamente pienso que deberíamos poner alguna cortina o algo que las tape, ya he tenido suficiente de esta tortura. En eso me doy cuenta que estoy de lado abrazando a Jimin, ya que al parecer en algún momento de la noche cambiamos de posición, pero quiero aclarar que no me estoy quejando.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Como que a Jimin también le molesta el sol porque suelta un quejido y se despierta.
- Tenemos que tapar esas ventanas, lo antes posible.- me dice después de corroborar que ya estoy despierto.
- Justo en eso estaba pensando. Buenos días por cierto.-
- Perdón jeje, buenos días.- mi mano se encuentra en su abdomen dibujando pequeños círculos imaginarios en su playera, entonces él pone su brazo encima del mío y entrelaza los dedos de nuestras manos.
- ¿Cómo dormiste?- le pregunto después de un cómodo silencio.
- Bastante bien de hecho. En un punto de la noche me dio frío, pero cambiamos de posición y desde ahí dormí muchísimo mejor.- tal vez son cosas mías, pero noto algo extraño en su tono de voz, como si estuviera sugiriendo algo.- ¿Y tú, cómo dormiste?-
- Ay, de maravilla.- lo acerco todavía más a mí y puedo oler el rico olor de su cabello. Suspiro. Definitivamente le he agarrado un gusto a despertar con Jimin por las mañanas, a diferencia de despertar solo en mi apartamento.- ¿En qué piensas?-
- En nada, literalmente no estoy pensando en nada. Estoy disfrutando el momento.- planto un beso en su cabello y con mi otro brazo, lo abrazo para acercarnos todavía más. Jimin sólo suelta una risita y se acurruca más conmigo. Después de un rato, tal vez una media hora mi estómago empieza a hacer ruidos.- uy, ¿tienes hambre?-
- Sí, un poco.-
- ¿Un poco?- me ve arqueando una ceja.
- Bueno, bastante.-
- ¿Qué te parece si yo cocino el desayuno hoy?-
- Mmm, me encanta esa idea, pero aquí estoy bien cómodo.-
- Anda, vamos. Te voy a cocinar algo rico.- Jimin se intenta librar de mi agarre, pero lo aprieto todavía más haciendo que se ría. Intenta escapar, pero le hago cosquillas, soltando todavía más risas de él. Después de tanta insistencia cedo y él me ayuda a levantarme. Salgo al pórtico mientras él cierra la puerta y cuando se voltea le agarro la mano para caminar juntos. Hoy no nos importa salir en pijamas pues se supone que los domingos nadie en la granja está trabajando. Llegamos a la cocina y Jimin me sienta en uno de los bancos de la barra para tener una buena vista de él cocinando.- ¿Qué te parece... tostadas francesas?-
- Umm qué rico. Sí me gustan, con fruta por encima.-
- Creo que Sam dejó una caja con fresas y moras por aquí.- Jimin empieza a reunir todos los ingredientes y a prepararlos hasta que sirve dos platos con las tostadas ya preparadas y dos tazas de café. Nos sentamos en una mesa, uno enfrente del otro y empezamos a comer.
